Nashville by Clara Ann Simons

autor:Clara Ann Simons [Simons, Clara Ann]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Erótico, romance, romántico, romance lésbico, lesbic, lésbico, novela erótica, LGTBIQA+
editor: Amazon Digital Services LLC - KDP Print US
publicado: 2022-08-24T22:00:00+00:00

Capítulo 11

JACKIE

Típico de Katya, al principio me dice que va a venir a Las Vegas, luego me dice que no vendrá y al final se presenta sin avisar. Ya no contaba con ella, pero me vendrá bien tenerla aquí esta noche para despejar la cabeza.

Todo este asunto con Mary conseguirá que me vuelva loca. Parece que se interesa por mí, luego se marcha, me da un beso que me deja las rodillas temblando, se vuelve a marchar, se enfada conmigo sin motivo, me deja sin aliento con un polvo maravilloso en su camerino, y se vuelve a marchar. Joder, la chica esta es complicada de narices.

A eso hay que añadirle que yo misma tampoco sé lo que quiero. Por un lado me apetece seguir adelante con lo que sea que tengamos, si es que hay algo. Mi corazón me dice que debo intentarlo, que puede merecer la pena, que ya va siendo hora de que siente la cabeza y tenga una relación estable. Mi cabeza, por el contrario, me envía constantes recordatorios del daño que me han hecho las hetero curiosas y de que, probablemente, su familia piense que debo arder en el infierno o que soy la enviada del diablo.

Voy de dura, pero las pocas veces que me he metido en algo serio mi corazón siempre se acaba partiendo en mil pedazos, y eso duele. Luego encadeno meses escribiendo baladas de corazones rotos que acaban olvidadas en una carpeta del ordenador.

El sonido de unos nudillos llamando a la puerta de la suite nos interrumpe justo cuando estábamos discutiendo a qué sitio ir de marcha esta noche. Desde que me he empezado a reformar, me cuesta seguirle el ritmo a Katya y no quiero acabar metida en algún lío en mitad de la grabación del programa.

Al abrir la puerta, mi sorpresa es mayúscula cuando observo nada menos que a la princesa de Nashville frente a mí. Ante mi asombro, ni siquiera dice “hola”. Se lanza a por mis labios privándome del aliento para, a continuación, dejarme con las ganas cuando se da media vuelta, abandonando la suite mientras dice algo de que lo siente. Joder, juro que lo de esta chica es para hacer un estudio, pero este tira y afloja entre que se decide y no, consigue que me enganche a ella sin quererlo. Es la historia de mi vida, luego se marchará cuando se termine la grabación del programa y si te vi no me acuerdo.

—Pensaba que vuestra supuesta relación era solo una farsa—expone Katya acercándose a mí todavía en ropa interior.

—Ya no sé lo que es—admito con un suspiro de resignación.

—A mí me ha parecido que ese beso fue muy real, y juraría que alguna lagrimilla se caía de sus ojitos verdes antes de darse la vuelta y marcharse—añade mi amiga.

—Te juro que no le he hecho nada—me apresuro a contestar levantando las manos sin entender lo que ocurre.

—Mira que eres gilipollas, Jacqueline—exclama Katya antes de lanzarme un cojín a la cabeza.

—¿Y a ti qué coño te pasa ahora?

—Piensa un poco, anda, que a veces pareces tonta—bromea mi amiga—.

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