Infiltrada by Clara Ann Simons

autor:Clara Ann Simons [Simons, Clara Ann]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Erótico, romance, romántico, romance lésbico, lesbic, lésbico, novela erótica, LGTBIQA+
editor: Independently Published
publicado: 2021-05-29T22:00:00+00:00

Capítulo 12

ALICIA

A la mañana siguiente, noto el tacto de una cálida mano en mi hombro izquierdo. Estoy agotada, anoche nos acostamos muy tarde y sin mis pastillas de Trankimazin, me cuesta dormir la noche de un tirón. Esa suave caricia desprende un calor tan exquisito que no sé si es parte del sueño o de la realidad.

Una mano se desliza hasta mi costado donde se queda quieta, apoyada en mis costillas mientras que otra juega con delicadeza con mi pelo. Soy incapaz de abrir los ojos.

Suaves besos recorren mi nuca, el maravilloso tacto de unos labios cálidos, el calor de un cuerpo desnudo casi pegado al mío. Al sentir los duros pezones de Kim rozando mi espalda sé que no se trata de un sueño, me vuelve absolutamente loca sentirlos en mi piel. Joder, creo que voy a echar de menos a esta mujer.

Ella sigue pegada a mí, casi sin moverse, percibo el calor de su piel sobre la mía. Más besos en mi espalda, su mano derecha en mi pelo mientras la izquierda recorre con lentitud todo mi costado, desde la cadera hasta los hombros.

Sigo sin abrir los ojos a pesar de la más que evidente excitación que va naciendo en mi interior. Su mano recorre el contorno de mi pecho izquierdo acariciando su lateral, deslizándose por debajo, dibujándolo. Me estiro ligeramente dejando escapar un pequeño suspiro al sentir uno de sus dedos rozar mi pezón.

Kim retira la sábana exponiendo mi cuerpo desnudo, nuevos besos en mi espalda y en mi nuca, su mano izquierda deslizándose una y otra vez desde mi hombro hasta las nalgas, haciendo pequeños descansos sobre mis senos.

Un escalofrío recorre todo mi cuerpo al sentir sus uñas resbalando por mi columna vertebral, me giro levemente mientras ella acaricia mi vientre, un pequeño gemido al rozar mi pubis.

–Shh sigue durmiendo—susurra besando mi mejilla como si eso fuese posible.

Ese precioso susurro en mi oído hace que se me ponga la piel de gallina. De nuevo su mano sobre mi pubis acercándose peligrosamente a mi sexo.

Me hace girar colocándome boca abajo sobre la cama y su mano recorre ahora con descaro mi culo. Siento el calor de su respiración agitada pegada a mi cuello, sus dedos deslizándose hasta encontrar mi sexo. Pequeños y suaves gemidos.

Su mano derecha se introduce por debajo de mi cuerpo y sus dedos recorren mi vulva, un pequeño mordisco en mi nuca logra que se me ponga la carne de gallina.

—No me dejes marca—me quejo.

—Calla y sigue durmiendo—insiste con un cariñoso azote en mi culo.

Más besos, la punta de su lengua deslizándose por mi cuello, su dedo pulgar presionando la entrada de mi vagina. Su pie derecho se cuela entre los míos acariciándolos y, cuando escucho otro de sus suaves y largos gemidos, no puedo más, me está volviendo loca de placer y excitación.

Me giro y agarro sus nalgas con mi mano derecha. Kim me mira y sonríe, su mirada llena de pasión. Me coloco sobre ella cubriendo su cuerpo con el mío, piel contra piel.

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