Cáncer se embarca con Acuario (Signos de amor nº 5) (Spanish Edition) by Sunday Anyta

Cáncer se embarca con Acuario (Signos de amor nº 5) (Spanish Edition) by Sunday Anyta

autor:Sunday, Anyta [Sunday, Anyta]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2022-05-17T00:00:00+00:00


Cuando llegaron, el desfile ya había empezado llenando la helada pero soleada calle principal.

Reid condujo a su grupo de seis a través de la multitud de turistas que se agolpaba tras las cuerdas con motivos de pavos que delimitaban la calle y que iban desde la biblioteca municipal hasta el Kings Café.

Elijah y Mason iban vestidos de negro, como siempre, pero Alanis llevaba un abrigo hecho de hojas y una corona de flores a juego adornando su pelo oscuro. Sullivan había insistido en no disfrazarse, pero Reid había logrado encasquetarle en la mano un guante de goma gigante con forma de pavo.

Mason, tan natural y estupendo él, apoyó un codo en el hombro de Reid y, mirándole el pelo, le dijo:

—Gracias por invitarnos. ¿Joanna y tú os habéis teñido para la ocasión?

Joanna y él se miraron y acordaron tácitamente cuál sería su respuesta:

—Efectivamente.

Sullivan apretó los labios y los miró con ese gesto suyo tan superbritánico.

—Acabemos aquí cuanto antes, que tengo un pavo vegano que asar.

Mason hizo una mueca con la que Reid se sintió muy identificado y dijo:

—He visto que venden palitos fritos de calabaza, mis favoritos. Voy a comprar. —Quitó el codo del hombro de Reid y, sacándose la cartera del bolsillo, desapareció calle abajo en busca del vendedor ambulante.

—Yo también quiero —comentó Alanis yendo tras Mason, su abrigo de hojas haciendo frufrú a su paso.

Reid pegó su brazo al de Sullivan y ahí lo dejó, con el pavo de goma rozándole el muslo.

—Venir al desfile en Acción de Gracias es tradición en esta ciudad —le dijo cogiéndole el brazo enfundado en el guante gigante y levantándoselo—, así que empieza a disfrutarlo.

Delante de ellos, Joanna y Elijah miraban cómo pasaba una carroza con forma de calabaza.

—¿Sabes lo del baile de invierno? —le preguntó Joanna.

—Sí —murmuró Elijah.

—¿Te gustaría…?

—Sí.

—Guay.

Joanna se giró entonces para mirar a Elijah con una sonrisa deslumbrante que el niño le devolvió, sonrojándose.

—¿Quieres que a mi padre le dé un yuyu y dejarme que te invite a un chocolate en Kings? —le preguntó Joanna mirando de reojo a Sullivan.

Elijah también lo miró. Pobre chico, parecía que estaba a punto de vomitar.

Sullivan le devolvió la mirada como si no estuviera del todo en contra de asesinar niños.

Reid soltó una carcajada y dio un paso a un lado, poniendo un pie entre los de Sullivan, haciendo que sus piernas quedaran entrelazadas y cortándole así el paso.

—Id —les dijo Reid—. Divertíos. Pero no demasiado, nos pasaremos por allí cuando menos lo esperéis.

El niño no intentaría nada en Kings. Como mucho, le cogería la mano.

Elijah y Joanna salieron corriendo hacia la cafetería y Reid fue consciente de la calidez de la pierna de Sullivan contra la suya. Le gustaba. Puede que le gustara un poco demasiado. Y eran estos pequeños detalles los que podían delatarlo, así que se apartó a toda prisa mientras la mirada de Sullivan seguía centrada en Elijah.

Gracias a Dios.

Alanis apareció de nuevo y se puso a su lado con un vaso de papel lleno hasta los topes de palitos de calabaza.



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