Una mentira piadosa by Sara Blædel

Una mentira piadosa by Sara Blædel

autor:Sara Blædel [Blædel, Sara]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2022-10-19T00:00:00+00:00


Capítulo diecinueve

No le fue fácil conseguir habitación. La temporada de turismo corría con la directa puesta. Al principio, Camilla había llamado al hotel Melsted Seaside para convencerlos de que le hicieran un hueco, pero todas las habitaciones estaban reservadas. Después echó mano de cada gramo de su encanto con la recepcionista del hotel Siemens, quien le consiguió la última habitación libre de todo Svaneke. Y eso le vino bien, porque dos de los ahora adultos vivían en esa ciudad.

Fuera del café, la mayoría de las mesas estaban ocupadas por clientes que bebían café o cerveza. El verano estaba en el ambiente, en el rumor despreocupado de las conversaciones, en los sombreros, en los niños que retozaban y jugaban, pero no había clientes dentro del restaurante. Dos hombres y una mujer con chaqueta de chef y pantalones a cuadros comían en una mesa del fondo. Una joven camarera se acercó a Camilla.

—Hola. No abrimos la cocina hasta las cinco, pero podemos servirle bebidas en el exterior.

Camilla le dio las gracias y le dijo que quería hablar con Finn Kofod. La joven la miró confundida y comenzó a negar con la cabeza, pero uno de los cocineros se echó atrás y abrió de un empujón la puerta de la cocina.

—¡Skipper! —gritó.

La camarera miró hacia donde estaban los chefs y rio.

—¿Se llama Finn?

El tipo tenía el cabello relamido hacia atrás, las gafas de sol sobre la frente y la piel bronceada. Ya había escaneado a Camilla antes de que esta pudiera hacerse una impresión de él. Ella fue a presentarse y a preguntarle si tenía unos minutos para charlar.

Skipper miró a los otros antes de asentir y ponerle las manos en la parte baja de la espalda para dirigirla.

—Vayamos allá arriba.

Sin preguntarle, sacó de la nevera dos refrescos de cola y los abrió. Los tapones tintinearon en el suelo.

—Susan Dahlgaard —dijo cuando ya estaban sentados en la pequeña sala de fiestas que daba a la calle peatonal. Camilla miró sus ojos azules—. ¿La recuerda?

Él asintió. Tenía el cabello casi blanco y, a primera vista, el contraste con su piel bronceada le daba un saludable aspecto veraniego, aunque, ya de cerca, se veía cansado.

«Macilento», pensó. Le preguntó desde cuándo era dueño del restaurante.

—Diez años. Trabajé para mi padre hasta que él vendió el cúter de pesca y se jubiló, en 2008. Este lugar lo compré al año siguiente. Además, tengo dos bares de verano, uno en Gudhjem y otro en Allinge.

Por eso parecía consumido, pensó Camilla.

—Sé que la policía ya ha vuelto a hablar con usted. Acabo de llegar de Rønne. Wiinberg fue quien me dijo dónde podía encontrarlo. Yo asistí a la misma escuela de Susan Dahlgaard, solo que unos cuantos cursos por encima.

Se había reclinado, la examinaba, aguardaba. A pesar de su agotamiento, había algo de cautela en su mirada. Pero no parecía molestarlo que ella hubiera sacado a relucir el viejo caso.

—¿Recuerda cómo conoció a las niñas? —dijo Camilla.

Él asintió y le dijo que él y sus amigos solían reunirse en el puerto.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.