Tu maldita sonrisa by Cherry Chic

Tu maldita sonrisa by Cherry Chic

autor:Cherry Chic [Chic, Cherry]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2017-11-01T04:00:00+00:00


26

Eli

Apenas he tenido tiempo de llegar nadando a un lugar en el que el agua me cubra por completo cuando Álex se pega a mi espalda y tira de mí hacia un lateral.

—Vamos allí. —Señala el rompeolas y niego con la cabeza.

—No, me da miedo golpearme.

—Yo te sujeto.

—No —contesto—. Quiero quedarme aquí.

Él hace unos pucheros adorables y me mira con carita de perro degollado.

—Toda la familia nos va a estar mirando, no voy a poder tocarte como quiero.

Me río y me dejo caer en el agua, alzando los pies y nadando para refrescarme y que no note lo nerviosa que me ponen sus palabras. Que sí, he sido yo la que le ha dicho que quería que me tocara, pero ahora que ha llegado el momento me ha dado un ataque de inmadurez, porque pienso que él se va a dar cuenta de que hace siete años, más o menos, que no tengo ningún tipo de acercamiento o sexo con alguien. Mi último polvo lo eché una noche loca y no fue memorable, aunque me llevé un recuerdo de por vida. Uno en forma de niño de seis años que en este momento está rodeado de otros niños y pasándolo en grande, así que más me vale dejar de hacer el tonto y aprovechar el rato libre que Álex y yo tenemos para estar juntos.

Tengo que volver a lanzarme, hacerle ver que no estoy jugando con él, o sí, pero de la manera que a los dos nos gusta, así que me acerco nadando a dónde está y enrosco mis brazos por detrás de su nuca, pero manteniéndome a una distancia prudencial, sin rozar nuestros cuerpos. Él sujeta de inmediato mis caderas y las aprieta, haciendo que sienta el deseo de enroscar las piernas en su cintura. No lo hago, no todavía, al menos, porque es cierto que la familia entera está mirando y una cosa es que todos estén al tanto de lo que siento y otra que vean hasta qué punto pierdo la cabeza cuando Alejandro me toca.

—Enróscate en mí —dice él apretándome de nuevo las caderas. Me pinzo el labio inferior con los dientes y sonrío negando un poco con la cabeza—. Sí, enróscate para que pueda tocar tus piernas, solo tus piernas, te lo prometo. Vamos, no seas cobarde.

Me río y me pego a su cuerpo, haciendo rozar mis pechos con su torso y provocando un pequeño tsunami de emociones a mi alrededor.

—Álex… —murmuro.

—No las tocaré —dice mirando hacia abajo, a mis pechos—. Me basta con sentirlas, me sobra con sentirte, joder.

Me trago un gemido, para no dejar ver aún hasta qué punto estoy desesperada por su tacto y asiento de manera casi imperceptible mientras subo mis piernas y él pasa sus manos con avidez de mis caderas a mis muslos, ayudándome a enroscarme en su cuerpo.

En cuanto me acoplo siento su erección presionar mi centro y gimo, esta vez sin control y provocando, de manera sorprendente, el mismo gemido en él. Cierro los ojos para



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.