Todo por casualidad by Fabio Venosini

autor:Fabio Venosini
La lengua: spa
Format: epub
editor: Babelcube Inc.
publicado: 2019-04-22T00:00:00+00:00

V

Entró en la sucursal bancaria y, al cabo de unos momentos, Franco lo vio y fue a saludarlo.

Después de las bromas habituales, su amigo lo invitó a seguirlo y ambos se dirigieron a la oficina del director.

Se detuvieron por unos momentos a lo largo de un pasillo con piso de parquet y, más allá de la esquina de la puerta, Giorgio escuchó la voz del hombre, que parecía estar en una conversación telefónica.

Franco se asomó por la puerta de la oficina del gerente y, sin entrar, hizo un gesto para advertirle de su presencia. Después de unos minutos, el propio director se asomó por la puerta, invitándolos a entrar.

Se sentaron en sus respectivos lados del escritorio y, después de preguntarles si querían un café o un vaso de agua, el gerente comenzó a evaluar la situación.

"Entonces, nuestro Franco me mencionó sus necesidades y la solicitud de préstamo que pretende presentar. Quería hacerle algunas preguntas al respecto, Sr. Marini. ¿Confirma que, aparte de la motocicleta y los demás objetos que mencionó en la lista que le entregó a Franco, no tiene alguna otra propiedad que pueda ser presentada como garantía, incluso de algún familiar?".

"No", respondió Giorgio sintéticamente.

"Ya veo..." dijo el gerente, mientras continuaba examinando los papeles que tenía delante de él sobre la mesa. "... ¿Y la suma que necesita no se puede reducir?"

Giorgio intercambió una mirada desconcertada con su amigo, después de lo cual respondió: "Necesito toda la suma requerida. Cualquier cifra más baja no sería suficiente, por lo que sería inútil solicitarla".

El gerente asintió, pareciendo absorto.

"Entiendo..." Volvió a hojear los papeles que tenía delante.

"Veo que nunca ha tenido ningún informe en la central de riesgos. Que es un punto a su favor”.

Puso los papeles sobre el escritorio y lo miró a los ojos.

"Bueno, señor Marini, quiero ser sincero con usted. Sería un poco como un préstamo en fideicomiso, porque las garantías ofrecidas apenas cubren un tercio de los 30.000 euros requeridos. Tendré que presentar la documentación a la oficina central. No quiero parecer un gafe, pero creo que es poco probable que lo aprueben, sin embargo, siempre podemos intentarlo".

Se puso de pie, ofreciendo su mano en ademán de saludo.

"Ahora, por favor me disculpa, pero tengo otros compromisos, me despedido. Enviaré por fax la documentación a la sede central esta mañana. Cruce los dedos y espere, le haremos saber algo en un plazo máximo de diez días".

"¿Diez días?", Preguntó Giorgio. "¿Tanto?"

"Bueno, generalmente no toma más de tres o cuatro días, pero tiendo a preparar siempre a los clientes para el peor de los casos".

"Entiendo", dijo Giorgio pensativo.

"Ahora, si me disculpa..." Extendió la mano de nuevo, haciéndole saber que no podía quedarse más tiempo. Giorgio le extendió la suya de igual manera y lo soltó.

Franco intentó animarlo, mientras lo acompañaba a la salida, explicándole que el gerente tenía que hacer su trabajo y no podía permitirse ser optimista, pero que en realidad las posibilidades de que su solicitud fuera aceptada no eran tan pequeñas como él le había mencionado.

Sin embargo, a

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