Terapia Frustrada by Azahara Vega

Terapia Frustrada by Azahara Vega

autor:Azahara Vega [Vega, Azahara]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántica
editor: UNKNOWN
publicado: 2016-11-17T23:00:00+00:00


CAPÍTULO SEIS

—Uff, me meo.

—Espera que te ayudo, aún estás débil y tienes que seguir en cama.

«Tierra, trágame», pensó Alice, abriendo los ojos de golpe e incorporándose de la cama. Reconocía esa voz… la atormentaba cada noche, cada día y…

—¡Ah! —gritó cuando se encontró cara a cara con su paciente. Todo lo acontecido ayer noche pasó velozmente por su mente, rememorando hasta el último instante… Provocando que su rostro enrojeciera y las ganas de ir al baño se cortaran de golpe. Ahora lo único que quería era que se abriera la tierra y la tragara, literal y metafóricamente.

—Buenos días, preciosa. Vamos te ayudo a ir al baño y…

Alice le golpeó la mano al ver que le estaba retirando la fina sábana que la cubría al tiempo en que le gritó:

—¡No! ¡Déjame!

Bruce entrecerró los ojos. Aquel no era el despertar que esperaba de su compañera.

No descansó nada. Estuvo todo el rato sentado en la camilla observándola, devorándola con los ojos, memorizando la belleza de su mujer. Esperaba que cuando abriera los ojos le devolviera la sonrisa y se lanzara a sus brazos, comenzando un beso que llevaría a marcarla sobre la cama del hospital…

Pero nada fue cómo esperaba. Ni ella se despertó sonriendo, ni le abrazaba o le mostraba intenciones de lanzarse a sus brazos, más bien parecía que estaba a un paso de tirarse al suelo con tal de alejarse de su lado.

—¿Se te ha ido las ganas de ir al baño tras horas acostada descansando y sin ir? —ironizó Bruce, cruzándose de brazos. ¿Por qué demonios no podía darle el destino un respiro y ponerle las cosas fáciles?

—Es así. Ahora vete y… —Alice miró a su alrededor con nerviosismo. Tenerle tan cerca de ella, la alteraba. Y después de todo lo que le había sucedido la noche anterior lo que menos quería era estar a solas con él en un cuarto, aunque este fuera de un…— ¿Estamos en un hospital? ¿A dónde me has traído? ¡Secuestrador!

Bruce no pudo contener la maldición que brotó de sus furiosos labios en cuanto escuchó las sandeces que soltó su compañera.

—¿Secuestrador? —repitió con furia, mientras se levantaba de la cama y se quedaba cerca pero sin estar sentado en ella. Abrió y cerró las manos un par de veces. Su lobo quería correr, gruñir, aullar y morder, todo a la vez. Se sentía herido. Necesitado. Ansiando establecer de una maldita vez la unión para poder sentirse completo por primera vez en su existencia—. Por si no lo recuerdas, fui yo quien te salvó de la serpiente. ¡Él es el maldito secuestrador! El que te arrastró por media ciudad y te acabó hiriendo en el proceso.

—¡Da igual! —Golpeó Alice la cama con las manos con rabia. Sus colegas psiquiatras le dirían que estaba en shock, que debía aceptar lo que había ocurrido antes de sumergirse en una espiral de negación que no conducía a ninguna parte. Pero era más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo cuando lo único que quería hacer era taparse con la sábana, cerrar los ojos y olvidarlo todo.



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