Roderick Hudson by Henry James

autor:Henry James [James, Henry]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Otros, Drama
editor: ePubLibre
publicado: 1874-12-31T16:00:00+00:00

Capítulo 13

Rowland visitaba a menudo el Coliseo; no se cansaba nunca de inspeccionar ese monumento. Una mañana, alrededor de un mes después de su regreso de Frascati, mientras daba un paseo a través de la vasta arena, observó a una mujer joven sentada sobre uno de los trozos de piedra puestos en fila a lo largo de la línea del antiguo parapeto. Le pareció haberla visto antes, pero fue incapaz de situar su rostro. Pasando de nuevo frente a ella, percibió que uno de los pequeños soldados franceses de pantalón rojo, que por entonces estaban allí de guardia, se había aproximado a ella y la estaba galanteando. Ella sonrió abiertamente, y Rowland reconoció la sonrisa (siempre le había gustado) de una tal Assunta, una atractiva mujer que a veces abría la puerta a los visitantes de la señora Light. Se preguntó qué estaba haciendo sola en el Coliseo, y conjeturó que Assunta tenía admiradores al igual que su joven señora, pero que al carecer de sus mismas facilidades en cuanto a domicilio, estaba usando ese enorme patrimonio de sus ancestros latinos como tocador. En otras palabras, tenía una cita con su amante, quien en el futuro haría bien en ser puntual. Había pasado mucho tiempo desde que Rowland ascendiera las ruinosas gradas superiores del gran circo, y como era un día radiante y las vistas a lo lejos prometían ser particularmente despejadas, decidió darse ese placer. El custodio abrió el gran postigo de madera, y Rowland escaló atravesando los sinuosos huecos —donde las entusiastas multitudes romanas se habían encrespado y pisoteado— sin detenerse hasta que alcanzó el punto más alto posible de las ruinas. Las vistas eran tan buenas como había supuesto; las luces de las montañas Sabinas no habían sido nunca tan hermosas. Las observó detenidamente a su gusto y volvió sobre sus pasos. Al momento se detuvo de nuevo sobre un contrafuerte algo más bajo, desde el cual la vista se mareaba al asomarse al interior. Hay desigualdades en las zonas altas del Coliseo que ofrecen una imitación bastante aproximada de los poderosos salientes en la cara de un precipicio alpino. En aquellos días una multitud de delicadas flores y ramilletes de hierbas silvestres había encontrado una tierra acogedora en las vetustas grietas, y florecían y oscilaban entre la antigua mampostería de manera tan natural como entre los guijarros de una montaña. Rowland se estaba dando la vuelta cuando oyó ascender un sonido de voces desde la parte baja. No tuvo más que avanzar un poco para ver desde lo alto a dos personas que se habían sentado sobre una estrecha repisa en un rincón soleado. En apariencia buscaban un lugar totalmente privado, pero no habían observado que su posición podía dominarse desde el contrafuerte en el que estaba Rowland. Uno de los confiados aventureros era una dama con un velo tan tupido que, incluso si no hubiera estado situado justo encima de ella, Rowland habría sido incapaz de ver su rostro. El otro era un joven cuyo

descargar

Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.