Por Donde Una Vez Caminamos by Kjell Westo

Por Donde Una Vez Caminamos by Kjell Westo

autor:Kjell Westo
La lengua: spa
Format: epub
Tags: prose_contemporary
ISBN: 978-84-936628-5-1
editor: www.papyrefb2.net
publicado: 2008-12-31T23:00:00+00:00


SR. IVAR GRANDELL

CALLE BROHOLM 18

HAGNÄS

HELSINGFORS

Isla de Brändö, 11.12.1925

Amigo Ivar,

Han sido años tumultuosos. Para mí y también para ti. La dicha de haber conseguido resurgir del abismo se mezcla con la pena por la mala suerte que se ha abatido sobre ti. Por lo que respecta a tu empleo en el magisterio sólo puedes responsabilizarte a ti mismo, de eso no hay duda. Sin embargo, podría haberle pasado a cualquiera de nosotros. Nuestro modo de vida no estaba bien, nos quedamos bajo las lámparas mariposa demasiado tiempo. Espero que halles una solución y que yo pueda servirte de apoyo.

Lo que ha sucedido con Canto maquinal es una vileza que clama al cielo. ¡Ojalá que este invierno los témpanos de hielo más grandes de la historia caigan de los tejados de Helsingfors y perforen las coronillas de todos los críticos literarios! Pero ¿has visto la reseña de Underrättelser (Informes?) de Åbo? Allí todo son alabanzas.

¿Has leído el agrio artículo de opinión de mi adusto cuñado en el Hufvudstadsbladet? Esa panorámica de la política en la que Cedi establece signos de igualdad entre «la devoción nórdica por la naturaleza» y «la fuerza de carácter y el individualismo». Menuda sopa, qué apestoso potaje de ideas. ¡Y pensar que ese hombre acaba de convertirse en el padre de mi sobrino! Para colmo, se mueve en unos círculos cada vez más extravagantes, entre jóvenes nacionalistas finlandeses, esos fenómanos[1] que, si quieres saber mi opinión, son como los camisas negras de Mussolini.

La Navidad se acerca. Resplandor de velas en la oscuridad, no cavilar sobre lo que resulta penoso. Pero le he estado dando muchas vueltas a lo que pasó pronto hará ocho años. También desde que no estoy enfermo, es superior a mí. No puedo dejar de pensar en que lo cierto es que muchos asesinaron impunemente, en que se pueden cometer actos de este tipo sin ser castigado por ello, sin que te pillen siquiera, al menos, si perteneces al bando que sale victorioso de una guerra. Durante mucho tiempo me estuve preguntando por qué eso me producía tanta desazón. Pero después lo entendí. Para mí el mundo de los hombres es como una casa de locos. No existe un plan general, ni una finalidad, no hay solidez ni constancia. Si en un mundo así una persona puede comportarse como un verdugo sin que le inculpen ni tenga que responder de sus actos, entonces siempre existe el riesgo de que uno, en el momento menos pensado, se convierta en víctima. O en un chivo expiatorio sin posibilidad de que se repare el desagravio.

Los eruditos dicen: «Tenemos una historia, eso nos diferencia de los animales». Nuestra minuciosa memoria nos convierte en personas, nunca debemos dejar de recordar. Pero yo me he resignado. Ese imperativo no existe. Si uno puede decidirse por recordar también puede decidirse por olvidar. Muchos eligen lo último. Recuerdo algo que dijiste en Opris una noche de hace bastante tiempo. «Hacemos cuanto está en nuestra mano para ocultar la realidad, por eso hemos creado reglas y ritos.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.