Mediodía en el tiempo by José María Guelbenzu

Mediodía en el tiempo by José María Guelbenzu

autor:José María Guelbenzu [Guelbenzu, José María]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Drama, Realista
editor: ePubLibre
publicado: 2023-05-15T00:00:00+00:00


—El único y verdadero problema de este país de mierda en el que hemos venido al mundo —peroró Humilde, poseído de énfasis—, el único problema de verdad, que es el origen de todos los demás, es la ignorancia —sentenció—. No hay lacra ni abismo mayor que ésta y por ahí nos precipitamos, un año tras otro, generación tras generación, como gustaba clasificarnos don José Ortega, y más aún, siglo tras siglo, con una dedicación digna de mejor causa por precipitarnos como gatitos ciegos en este país de charanga y pandereta y mucha mala leche que nos lo convirtieron en un cementerio de miedo y de hambre y para mayor escarnio, lleno de chiringuitos y de turistas. Es la remonda, la recaraba, y no lo digo por patriotismo, pero si tu apreciado don Latino de Hispalis levantara la cabeza…

—Le darían un gorro y un matasuegras para que se uniera a la charanga —concluyó Wilfrido—. Es lo que hay. El país no daba para más. Ese buen don Ramón de las barbas de chivo ¿qué pudo hacer al mirar los muros de la patria suya, como hacía el poeta desconsolado? Pues yo te lo diré: servirse una ración de percebes gallegos y degustarlos con resignación y luego escribir unas obras para contento de espectadores y eruditos y desahogo de su alma. Y ahí queda todo. He leído mucha enciclopedia —dijo mirando de reojo a su compadre.

De vez en cuando a los dos compadres les daba por sacar a relucir su recién adquirida pasión por los libros y la literatura patria, que era para ellos, a estas alturas, lo único noble que dignificaba al país de mierda mencionado.

—Yo no es que tenga muchas letras, pero me precio de haber ido leyendo —dijo Humilde—, y la conclusión a la que he llegado es que este país, donde una idea se saja como si fuera un absceso, este país desnudo de cultura y hueco de cabeza, prefiere siempre lo malo conocido a lo bueno por conocer.

—Falta un poco de energía visigoda —afirmó Wilfrido convencido.

—Tú siempre llevando el agua a tu molino.

—No es cierto. Soy ecuánime. Sigo lo que me dicen mis ojos —dijo Wilfrido ofendido.

—De todos modos, la democracia…

—Una leche, la democracia.

—Porque ya no te acuerdas de cuando vivíamos atrapados entre Franco y la Iglesia.

—A ver, señores, no os enredéis otra vez, que yo sí que lo he visto todo y todos los días a esta hora tenemos que tener la misma comedia —intervino la señora Remolín.

—Yo, que me he formado en la Universidad de la Vida… —empezó a decir Humilde.

—¡A tomar por saco la Universidad de la Vida! —exclamó vehemente el antiguo vendedor de enciclopedias—. Esa sólo enseña a los que no tienen nada a no tener nada y a creer que el mundo entero se cuece en los peroles de su cocina y en las calles de su barrio.

—¿Eso de la cocina va por mí? —preguntó mosqueada la señora Remolín revolviendo con pericia el apetitoso estofado que en aquellos momentos se gestaba en su correspondiente cazuela.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.