Lady Lena y el amor by Verónica Mengual

Lady Lena y el amor by Verónica Mengual

autor:Verónica Mengual [Mengual, Verónica]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Histórico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-06-01T00:00:00+00:00


El barón miró a su hermano. Bajó la vista para poder volver a leer el resto del anuncio. Levantó la mirada para observar a Joseph. A la sexta vez de repetir el movimiento pudo reaccionar.

—¡Por encima de mi cadáver! —tronó lord Rosings—. ¿Por qué no me has avisado antes?

—Te envié una carta explicándote el comportamiento de tu prometida.

—¿Cuándo? —preguntó extrañado.

—Hace meses, Paul.

—No me llegó nada. He estado moviéndome mucho. No quería que nadie me encontrase, y desde luego no sabía que tú lo ibas a conseguir. —¿Sería su hermano un tipo demasiado listo y parecía lo contrario aposta?

—No hace falta que lo jures, más de dos meses llevo intentado encontrarte. Elena no va a estar nada contenta. He salido huyendo, sobre todo porque se ha empeñado en que tengamos hijos, cosa que sabes que no quiero, por si…

—Este mundo necesita más gente como tú, hermano.

—No sé yo. —Ser diferente había sido un estigma toda su vida. Su hermano, Paul, era de los pocos que estaba a su lado. Su padre no quiso saber nada de él. Era lógico que cuando el viejo murió y él heredó, gracias a Paul, tuviese que recompensar a su hermano el apoyo prestado. El título y la finca eran poca cosa con lo que merecía su hermano.

—¿Has dicho mi prometida? —Con lo de la boda de Rothgar, y los posibles hijos de su hermano, no había caído en algo que era de suma importancia.

—Ahora no, pero un anuncio igualito que este salió cuando decidiste marcharte.

—¿Y quién era mi prometida, si puede saberse? —¿Sería posible que…?

—Lady Lena Badel. ¿Tienes alguna otra escondida? —¿Qué le pasaba a su hermano? Estaba muy raro.

—¿La marquesa viuda de Ailsa llegó a publicar el anuncio de boda? ¿Conmigo? ¿Lena y yo?

—Por supuesto. Tu antigua prometida se convirtió en un escándalo andante. Aun siendo tu prometida, la sociedad la puso de vuelta y media. Todos saben que os acostasteis. ¿Cómo no iba a salir tal anuncio, Paul? Todos creen que Rothgar la está salvando porque tú la repudias.

—No nos acostamos, y no la repudio. —¿Como no había podido contener el escándalo la marquesa viuda? ¿Había estado prometido con ella todos estos meses y él sin saberlo?

—No es que importe, la verdad. Lo cierto es que ella era tu prometida. Hasta ahora, claro. A los ojos de todo el mundo lo era y se estaba comportando como una falda ligera. Le llamé la atención yo mismo delante del marqués de Ailsa. En mis propias narices se burló de ti. Lady Lena está intratable. Tal vez sea mejor así, porque delante de mis propios suegros se estaba besando con Rothgar. Supongo que es mejor tener a un duque que a un barón. ¿Quién diría que esa mujer es la misma que conocimos de pequeños? Yo, desde luego, no. —Joseph rio al pensar en cuanto había cambiado.

—¿Qué? —O Joseph iba muy rápido o a él le habían frito el cerebro.

—Creo que me he explicado con claridad meridiana, hermano. Te ha convertido en el bufón de la corte.



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