La verdad está en el agua by Rosa Moreno Matellanes

La verdad está en el agua by Rosa Moreno Matellanes

autor:Rosa Moreno Matellanes [Moreno Matellanes, Rosa]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2023-02-10T00:00:00+00:00


21

La llamada

Domingo, 20 de marzo de 2011

El inspector Takahashi sabía que le debía una disculpa a Aiko. Desde el incidente en la oficina de Haru, había intentado hablar con ella sin éxito, ni siquiera se habían vuelto a ver. Había tenido un fin de semana muy complicado. Los inspectores de los diferentes departamentos de la Jefatura de Ishinomaki se habían reunido en Kamaya y habían elegido otro edificio, de los pocos que aún quedaban en pie, como nueva comisaría de manera provisional. Tenían que retomar las labores policiales que se habían quedado a medias antes del tsunami. Llevaban dos días de mudanza para convertir la nueva oficina en un lugar apto para trabajar. Taro ya había informado a los superiores del Departamento de Investigaciones Criminales del hallazgo de las tres personas asesinadas y, como intuía, le habían asignado el caso.

El edificio no era muy grande. Los diferentes departamentos habían tenido que separarse y alojarse en otras localidades por falta de espacio, a pesar de todo, las cosas parecían volver a una cierta normalidad. Taro decidió trabajar en domingo para adelantar en los casos de los que era responsable antes de empezar la dura semana que le esperaba. Era tarde cuando el inspector terminó de redactar el informe sobre las muertes de Álex, la mujer y el niño. Estaba cansado; se recostó en el respaldo de su silla giratoria y rotó un par de veces sobre sí mismo. Miró a través de la ventana y observó como la luz se hacía cada vez más tenue. Sus dedos juguetearon con un bolígrafo que hizo repicar en la mesa un par de veces y su mente no paraba de recordarle que tenía que llamar a Aiko Grant. Descolgó el teléfono que habían instalado esa misma mañana y marcó el número de la muchacha. Esperó unos segundos aguantando la respiración. La chica le caía bien y no quería hacerle más daño del que el tsunami le había causado. Dejó sonar el teléfono tres tonos, pero no obtuvo respuesta; Taro no se desanimó y buscó en su agenda el número móvil de Aiko. Se puso el boli entre los dientes y volvió a marcar, esta vez, un número distinto. Al instante, la voz dulce y melodiosa de la mujer le respondió.

—Hola, aquí Aiko Grant.

—Soy el inspector Takahashi. ¿Puedo hablar con usted?

La chica pudo sentir como se le tensaba cada músculo del cuerpo, y un silencio que se podía cortar reinó durante unos instantes entre los dos.

—Ya veo que el señor Hoyashi no ha perdido el tiempo —censuró Aiko con un tono tirante.

—¿Quién es el señor Hoyashi?

—¡Ah! ¿Es que no me ha llamado por eso?

Taro estaba confundido, pero quería disculparse y era, exactamente, lo que tenía intención de hacer, por lo que obvió el comentario de Aiko.

—El motivo de mi llamada es para pedirle perdón por lo que ocurrió el otro día en la oficina de Haru. Sasaki se ha llevado una buena bronca de nuestro director. Créame cuando le digo que no me interesa acusar



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