La trampa de la diversidad by Daniel Bernabé

La trampa de la diversidad by Daniel Bernabé

autor:Daniel Bernabé [Bernabé, Daniel]
La lengua: spa
Format: epub
editor: AKAL
publicado: 2018-04-29T22:00:00+00:00


Un lío con mucha gente. El mercado de la diversidad en el activismo

Íñigo Errejón, uno de los líderes de Podemos y máximo exponente del populismo progresista en España, comentaba para la revista argentina Crisis, a principios de diciembre de 2017, las razones del auge y estancamiento de su partido:

Prometimos una victoria rápida que cuando no se produjo desencantó a los simpatizantes, que son nuestra mejor toma de contacto con la realidad social española, porque los militantes vivimos siempre en una realidad propia. La ilusión también está signada por las lógicas televisivas y mercantiles: los portavoces de Podemos nos convertimos en una especie de iconos pop, una fuerza política nueva sin ningún lastre del pasado, con la promesa de que se puede ganar y todo se puede cambiar. Y cuando hay un parón o eso no se produce de inmediato, una parte de la gente dice «me prometiste que esto iba a ser otra cosa», «me prometiste que si yo me compraba este aparato me iba a producir felicidad, y la verdad es que me ha producido felicidad un rato y luego no ha rendido todo lo que decía en el prospecto»[5].

A finales de septiembre de 2017 un congreso de columnismo periodístico ha sido anunciado en la ciudad de León, España. La polémica ha surgido porque en una primera edición de su cartel no había mujeres entre las ponentes. Una usuaria de la red social Twitter comenta que «si sólo nos ofrecen la versión blanca, masculina, androcéntrica, cis y de mediana edad tendremos problemas para avanzar en cualquier sentido».

Ignatius Farray es un humorista que participa en un exitoso programa de radio que se sigue mayoritariamente a través de YouTube. Farray, por sus comentarios, trayectoria y aspecto, no parece una persona típicamente de derechas, pero su poshumor critica habitualmente lo que se entiende como izquierda. Es, efectivamente, alguien «políticamente incorrecto». A principios de enero de 2018 escribe en Twitter: «Me he encontrado a una persona que necesita ayuda pero no es ni MUJER, ni LGTB, ni DISFUNCIONAL, ni pertenece a ningún COLECTIVO RACIAL DESFAVORECIDO, así que le he pegado una paliza por facha»[6].

En estos tres ejemplos encontramos una buena radiografía de en qué consiste el estado del activismo o la política del «artista anteriormente conocido como izquierda».

La primera característica es que, atendiendo a las palabras de Errejón, la transformación de la política en un producto no sólo se conoce sino que se acepta. Así el líder político se convierte en un icono pop, vacío y ahistórico «sin ningún lastre del pasado» que mantiene con sus votantes una relación mercantil, «me prometiste que si yo compraba este aparato me iba a producir felicidad». Lo ya visto en Clinton, Blair, Zapatero y Obama se traslada sin prejuicios a la política del cambio, un cambio abstracto del que, si bien conocemos algunos datos sobre el punto de partida, qué es lo entendido como susceptible de transformarse, desconocemos en gran medida a dónde quiere llegar, su horizonte. ¿La felicidad, tal vez?

En el comentario de la usuaria



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