La suerte de estar vivo by Javier López Facal

autor:Javier López Facal [Facal, Javier López]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Difundia ediciones
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00

La Iglesia ofrecía, además de este cuerpo doctrinal, no siempre verosímil ni siempre fácilmente comprensible, unos beneficios indirectos realmente insuperables, entre ellos, sobre todo, la música. Un día de lluvia cerrada yo elegí para ir a casa el camino de la rúa del Villar, porque tenía soportales y podía ir a cubierto, después subí corriendo las escaleras de la plaza de la Platería, hasta que entré en la catedral, de nuevo a cubierto. Al entrar en su penumbra que olía a incienso, el organista estaba ensayando y justo al abrir la puerta empezó con los acordes iniciales de la 'Tocata y fuga en re menor' BWV 565 de Bach, tocada con toda la potencia que daba el enorme órgano y como si estuviese poseído el organista de un furor o de una rabia incontenibles. Fue una de las emociones estéticas más intensas y más hermosas que he tenido en mi vida; nunca olvidaré aquella experiencia. De hecho, el primer disco que compré, con el dinero del único premio literario que gané en mi vida, fue un 'microsurco' de 45 r. p. m. de esta 'Tocata y fuga' que le dediqué y regalé a mi hermana Paz.

Más tarde, cuando me internaron en un colegio de jesuitas para que no me corrompiesen las malas compañías hechas en Santiago, entré a formar parte del coro del colegio y eso fue una experiencia indescriptible. Cantábamos generalmente unas muy modestas cancioncillas ( Madre Inmaculada / vida de mi amor / tú eres el camino / que me lleva a Dios / vuelve tus ojos y míranos / Dentro de tu manto yo quiero vivir./ Y entre tus brazos yo quiero morir./ Y no me apartes jamás de ti / Como dulce prenda de tu casto amor. / Traigo la medalla sobre el corazón… ), pero, a pesar de sus almibarados ripios y frecuentes cursiladas, incluso estas excitaban nuestras pasiones adolescentes. Pero lo realmente bueno vino poco después: el 'Mesías' de Haendel, el gregoriano de la Semana Santa, partes elegidas de la 'Pasión según san Mateo', todo ello real y profundamente conmovedor, hasta las lágrimas. Todavía hoy, con bastante frecuencia, cuando me estoy afeitando, canturreo aquello de Who is this King of Glory, who is this King of Glory y siento unas ganas irrefrenables de escuchar el 'Mesías'.

Este colegio de los jesuitas estaba en León, donde entrabas en la catedral y te quedabas patidifuso con el caleidoscopio de colores que se colaban por las enormes vidrieras, o las columnas y pilares que subían hasta desparramarse en nervaduras ojivales. Otras veces visitábamos san Isidoro y esa fascinación por el románico, que a los gallegos parece venirnos de nacimiento, me dejaba estupefacto al mirar las pinturas del claustro.

El aparato doctrinal que nos venía arropando desde la infancia podía resultar cada vez menos convincente, pero el arte a él asociado era insuperable. ¿Qué me dicen, por ejemplo, de aquel soneto? :

No me mueve, mi Dios, para quererte / el cielo que me tienes prometido, / ni me mueve el infierno tan temido / para dejar por eso de ofenderte.

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