La Cumbre Roja by David Penny

La Cumbre Roja by David Penny

autor:David Penny
La lengua: spa
Format: epub
editor: Rivertree Print
publicado: 2018-08-14T00:00:00+00:00


Capítulo 22

—¿Y te dejó que la interrogaras? —La cara de Jorge mostraba una expresión de incredulidad y sorpresa en igual medida.

—Para lo poco que sirvió. —Thomas hizo a un lado las piernas de Jorge y se dejó caer en la cama. Su cuerpo estaba adolorido por la pelea con Olaf, y su mente por la batalla verbal con Zoraya. La segunda había sido más difícil que la primera. Zoraya era terca, y estaba convencida de su propia invulnerabilidad. Thomas se había rehusado a dar marcha atrás con sus interrogatorios, incluso cuando ella había recurrido a las lágrimas. Todo resultó en una interesante plática.

—Dime qué fue lo que te dijo.

—Después. Necesito comida y algo de vino. ¿Tú qué descubriste?

Jorge sonrió.

—Yo también puedo jugar el mismo juego. Y también tengo hambre y sed. Cuando fuimos la primera vez a tu casa, dijiste que no bebías vino.

—Pues mentí. ¿Vamos a bajar? Si ese mercader está de nuevo ahí abajo, me rehúso a dejarlo ganar otra partida de mancala. Fue suficiente con perder una vez.

—Pero me dio ropas tan hermosas... —señaló Jorge, levantando sus brazos y gesticulando—. Nadie me voltea a ver vistiendo esto.

—Creo que ese es precisamente el punto. —Thomas se levantó de la cama—. Vamos abajo, y te diré lo que sé.

El estofado era idéntico al de la noche anterior, y sin duda sería el mismo al día siguiente, y al otro. La misma muchacha les trajo los platos y una jarra de vino, pero en esta ocasión su ceño fruncido había desaparecido. Su linda cara le recordó a Thomas a Prea. La ciudad estaba llena de chicas y chicos como ella, haciendo lo mejor que podían para sobresalir. Thomas puso una moneda en la mano de esta con la esperanza de que no malinterpretara su generosidad.

—Cuéntame —pidió Jorge, alcanzando su copa de vino.

—Tú primero. ¿Descubriste algo?

—Aparte de que la ciudad entera cree en la tontería de que un genio cometió el asesinato, no me he enterado de nada nuevo hasta ahora. ¿Y tú? ¿Acaso tuviste mejor fortuna?

“¿Por dónde empezar?”, se preguntó Thomas, y le contó a Jorge sobre su reunión con Zoraya, ya que para él había sido el evento más significativo del día, más que incluso los túneles.

Jorge escuchó sin comentar nada al respecto, sorbiendo su vino y mirando hacia la multitud.

—¿Le preguntaste directamente sobre Olaf? —quiso saber Jorge cuando Thomas terminó de contar.

—No quise exponer mis sospechas abiertamente, pero ella sabía que la inferencia estaba ahí, y vi en sus ojos que ella había entendido lo que yo le había querido decir.

—¿Son amantes?

—No lo creo. Aunque...

Jorge esperó por un momento.

—¿Aunque qué?

—Olaf y yo peleamos.

Jorge se echó a reír. Se estiró sobre la mesa y tomó a Thomas del mentón para voltear su cabeza de un lado al otro.

—No, aún está pegada a tus hombros. Por un momento pensé que habías dicho que peleaste con Olaf.

—Después de un tiempo, Zoraya estaba excitada.

—¿Excitada en sentido sexual? —Jorge sonrió.

—Creo que sí.

—Si solo hubiera estado ahí para asegurarme. Así que la excitan los hombres que pelean.



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