Esclavos del placer by Mario de Lima

Esclavos del placer by Mario de Lima

autor:Mario de Lima [Lima, Mario de]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ficción, Novela, Erótico
editor: ePubLibre
publicado: 2012-01-01T00:00:00+00:00


CAPÍTULO VIII

«¡SONRÍE A LA CÁMARA, NIÑO!»

—Se te ve diferente desde tu viaje a París, Jorge.

—Qué va, Carlos. Sólo estoy cansado.

—Eso no es cansancio. Te veo meditabundo y a veces te sorprendo mirando al vacío con una sonrisa entre nostálgica y de placer.

—Mmmmm… Casi pareció poética esa frase. Tú, cuando quieres confundirme, siempre utilizas alguna frase de efecto y palabras poco corrientes.

—Perdona, cari, si mi vocabulario extenso te confunde. Pero la verdad es que sí que estás diferente. Antes ya hablabas poco. Ahora es un trabajo hercúleo sacarte más que monosílabos.

—Estoy preocupado. Sólo eso.

—¿Preocupado por qué?

—Canne me dijo que ya estoy preparado para encontrarme con el primer cliente y empezar a pagarle lo que ha invertido en mí.

—¿Es mucho lo que le debes?

—No. Las ropas de cuero y los accesorios, el viaje a París, alguna droga que he tomado y poca cosa más. Dice que este cliente es especial y siempre le pide que sea el primero en experimentar sus esclavos. Si ese cliente queda satisfecho puede darme una propina que prácticamente pagaría mi deuda con Canne.

—¿Te dijo quien es el cliente? ¿Puede que sea Andrés? El chico que me dio las informaciones referentes a tu amo me dijo que a Andrés le gusta ser el primero en probar a los esclavos de Canne, cuando ya están preparados para proporcionar placer extremo con sexo hard.

—Es muy probable que sea él. Sólo me dijo que es una persona famosa y, por eso, siempre se presenta con máscara. La quita cuando ya hay confianza.

—¡Es él! Seguro. Mi amigo también dijo que es así como se presenta Andrés en las primeras citas. Mira lo que te he comprado.

—¿Para qué necesito auriculares?

—¡No seas estúpido, Jorge! ¿No me has dicho que al fistearte aquél francés utilizaba unos auriculares para escuchar música distinta de la que sonaba en el ambiente?

—Sí…

—Pues estos auriculares son para escuchar música, pero llevan incorporada una mini cámara, así como micrófonos, para grabar durante un plazo de cinco horas. Luego se puede bajar las imágenes y sonidos a un ordenador y copiarlos a un DVD o pen drive.

—¡Magnifique! —exclamé acordándome de la expresión de Steffan cuando le había fisteado una semana antes.

—Puedes llevarlos puestos, aunque lleves máscara, porque si alguien sospecha no va a descubrir dónde se esconde la cámara.

—¿Aunque sea alguien acostumbrado a trabajar en la tele?

—Aunque sea un operador de cámaras de la tele. Sólo los detectives pueden reconocerlas, porque es una herramienta de trabajo de algunos de ellos.

—¡Caray, Carlos! No sé cómo te voy a pagar por todo lo que estás haciendo por mí.

—Te he dicho y vuelvo a repetir: lo que hacen con mis amigos también lo hacen a mí. Con que arranques la máscara de ese hijoputa y destruyas esa imagen de ángel que transmite en la tele ya será suficiente. El dinero me lo devolverás cuando puedas.

—Gracias, amigo.

—Bueno… Cuando seas rico, si me regalas un viaje a Brasil con todo pagado no estaría nada mal.

—No creo que llegue a enriquecer. Pero si algún día tenga dinero suficiente te pago el viaje y además me voy contigo.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.