Episodio V: El Imperio contraataca (novelización juvenil) by Ryder Windham

autor:Ryder Windham [Windham, Ryder]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Ciencia ficción
editor: ePubLibre
publicado: 2004-09-30T16:00:00+00:00

CAPÍTULO 9

Bajo las órdenes del capitán Needa, el destructor estelar imperial Vengador navegó a lo largo del borde del asteroide, disparándole a cada pedazo de materia que pasaba demasiado cerca de la inmensa nave. Como no había habido señal de que el Halcón Milenario hubiera sido destruido o hubiera dejado el campo de asteroides, Darth Vader sostuvo que los rebeldes debían estar en uno de los asteroides más grandes. Si estaban ahí, el Vengador los eliminaría.

El capitán Needa envió bombarderos TIE imperiales con cazas TIE como escoltas, y los pilotos llegaron pronto sobre un asteroide del tamaño de una luna. Ahí, los bombarderos de doble vaina dejaron caer detonadores termales en caída libre, que explotaron y dejaron nuevos cráteres en el terreno desolado del asteroide.

Escondida en las profundidades de la cueva del asteroide, la tripulación del Halcón escuchó las explosiones distantes en la superficie de su escondite. Mientras Han, Chewbacca y C-3PO hacían arreglos en la bodega, Leia estaba sentada en la cabina de mando, pensando.

No estaba pensando en cómo saldrían de la cueva o del campo de asteroides, o incluso en si escaparían de las naves imperiales. Estaba pensando en Han. Y en Luke. Y en cómo se sentía por ellos; era una situación complicada. Luke era dulce y tímido. Nunca le había dicho que estaba encariñado con ella, pero incluso antes de su beso en Hoth, sabía que él se interesaba por ella profundamente. Tenían un vínculo indescriptible.

Y Han era… bueno, más allá de todas sus buenas cualidades ocasionales, él era arrogante e increíblemente centrado en sí mismo. Leia reprobaba el comportamiento de Han, el modo en que parecía obligado a hacerla elegir entre él o Luke. Como si no tuviera ningún asunto que me presionara más que el ego de Han. Y Han sabía que Luke le tenía cariño, lo que sólo incrementó su relación de amistad. Honestamente, ¿qué tipo de amigo es Han? Simplemente no lo sé…

Pero es bueno besando.

Se miró las manos. No podía acordarse cuándo había vuelto a ponerse sus guantes blancos, pero ahora los estaba usando. No hacía tanto frío en el Halcón, pero los guantes eran buenos para muchas otras cosas, como para desalentar caricias directamente sobre la piel de las manos. ¿Para qué atraer problemas? Aun así, le habían sorprendido la calidez y la gracia del tacto de Han…

¡Esto es una locura! ¿Qué soy, una colegiala? Hay una guerra, y yo tengo un trabajo que hacer. ¡No tengo ni el tiempo ni la energía para esto! Nada más debería decirle a Han que…

Vio algo moverse afuera de la ventana de la cabina de mando. Pensó: «¿Quizá son mis ojos que están cansados?». Inclinándose hacia adelante en su asiento, miró hacia la oscuridad.

De repente, una criatura voladora, como de cuero, apareció y succionó su cara contra la ventana en una sonora cachetada. Sorprendida, Leia gritó y se cayó hacia atrás, contra su asiento, luego dio la vuelta y corrió rápido fuera de la cabina.

En la bodega central, C-3PO todavía estaba tratando de captar de nuevo la atención de Han.

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