Entre azules by Ana Hernández Sarriá

autor:Ana Hernández Sarriá [Hernández Sarriá, Ana]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Otros, Memorias
editor: ePubLibre
publicado: 2021-04-14T00:00:00+00:00

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Son las tres de la mañana. Estoy tumbada en la playa con Mohamed. Hemos salido hace un rato del orfanato y me ha dicho que fuéramos a ver la lluvia de estrellas. Estamos postrados en la arena ante tal inmensidad. La luna casi toca las olas y el cielo está plagado de estrellas de todos los tamaños y destellos. Nos mantenemos en silencio disfrutando únicamente del escenario. Solo interrumpe el sigilo la caída de una estrella al mar. Entonces Mohamed se incorpora, con un gesto rápido y nervioso, y me señala el cielo: «¿La has visto?». Nos reímos.

¡Ha sido tan bonito lo que hemos vivido hoy de nuevo en ese internado! Todos los pequeños sonriendo, jugando, disfrutando de nuestra compañía. Me impacta tanto que sean tan felices. Ya le he dicho a Mohamed que para el próximo día voy a comprar miles de telas de colores. Y celo, materiales, hilos, pegatinas… Tenemos que hacer disfraces para las Barbies. También hay que comprar algún juguete nuevo para los chicos. Y cosas de decoración para animar el ambiente de esa sala tan oscura y gris.

—Alí necesita un mordedor. Te lo digo por experiencia. Mi primo pequeño también es autista y siempre está mordiendo algo. Tener algo en la boca, limpio, que se pueda colgar en el cuello, le quitará el estrés, además de evitar que se introduzca todo tipo de objetos que están por el suelo, sucios y a saber con qué tipo de enfermedades.

Me escucha atento, pero no dice nada. Yo sigo con mi discurso. Que si quiero comprar esto y lo otro. Sábanas nuevas. Mejores champús. En el fondo tengo ganas de decirle que hasta podríamos recaudar dinero, como muchas ONG, pero luego me doy cuenta de que ese es el tipo de comentario con el que comienza a enfadarse. Entonces, me callo. No le digo nada. También me gustaría preguntarle por qué tiene Nassir los pies hinchados, que seguro que se puede curar con alguna medicina. Tampoco se lo digo. No quiero que me suelte su discurso de «blanca que vive en un mundo de nubes rosas». Decido dejarlo estar. Al fin y al cabo, y con la pobreza que hay en el mundo, esos niños no están nada mal. Os aseguro que en mis viajes he visto cosas mucho peores. Así que sí, lo dejo estar.

Mirando las estrellas y escuchando el sonido del mar, me acuerdo de mi hermana Marina, del embarazo que ha conseguido y de que me encantaría que las cosas fueran bien. Después me acuerdo del número de fallecidos por el coronavirus. Instantáneamente mi mente salta a mi abuela. A sus memorias. A las vivencias de una mujer durante una guerra. Su historia de amor con el abuelo Luis. Todo lo que pasó en aquella época y cómo se ha ido recuperando su vida. Con mi abuela, pienso en mis padres. También en mis amigas. Observo otra estrella fugaz. Qué sueño tengo… El sonido de las olas me recuerda a los delfines. Hace días que no los veo.

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