En nombre de la venganza by Anne Stuart

En nombre de la venganza by Anne Stuart

autor:Anne Stuart [Stuart, Anne]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico, Romántico, Erótico
editor: ePubLibre
publicado: 2010-01-01T00:00:00+00:00


* * *

La señorita Jane Pagett olía a violetas. Si había un olor que podía poner de rodillas a Jacob Donnelly, era el de las violetas. Le recordaba una tarde soleada, en Jamaica, con todas aquellas florecillas silvestres a su alrededor, aplastadas bajo sus cuerpos mientras hacían el amor. Y ya ni siquiera se acordaba de quién era la muchacha. Lo único que recordaba era la sensación de paz, de placidez en aquella tarde sin nubes.

Le estaba resultando muy difícil pasar aquel tiempo cerca de la señorita Pagett. Cada vez que se detenían para que descansaran los caballos, y ella pasaba a su lado, él percibía la fragancia de su perfume y se volvía loco. Ya había dicho que no iban a viajar de noche; de lo contrario, habría pagado él mismo el cambio de caballos con tal de evitar la tentación. Por lo menos, ella estaba sana y salva, metida en su habitación, acostada en su camita. Scorpion había pedido ropa limpia para la amiga de su prometida, y Jacob la había llevado consigo cuando iba a ocupar el puesto de cochero. No le quedaba mal el traje, aunque él había estimado que tenía más en el trasero y menos en el pecho. De todos modos, Jane Pagett era toda una tentación y alteraba su tranquilidad, pensó Jacob, allí sentado, en el comedor de la posada.

Estuvo allí sentado durante un largo rato, tomando una cerveza. No debía emborracharse en su primera noche fuera de casa. Al día siguiente le dolería mucho la cabeza y no podría conducir. Aunque tal vez una borrachera le ayudara a dejar de pensar en la pasajera…

El último de los sirvientes de la posada se fue a dormir, y Jacob se quedó a solas. Él tenía una cama limpia y caliente en el establo, pero no iba a acostarse allí. Iba a pasar la noche debajo de la habitación de Jane, como un bobo.

El fuego se fue apagando, y Jacob no se molestó en poner troncos nuevos en el hogar. Se recostó en el asiento de la butaca, apoyó los pies en el parachispas y reflexionó sobre lo absurdo de la existencia.

Y allí fue donde lo encontró Jane, justo cuando el reloj del rellano de la escalera daba las dos.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.