El silencio del contador de historias by Pierre Jarawan

El silencio del contador de historias by Pierre Jarawan

autor:Pierre Jarawan [Pierre Jarawan]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Fiction, Women, Cultural Heritage, General
ISBN: 9788425361623
Google: KL16EAAAQBAJ
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2022-10-05T22:00:00+00:00


11

La luz cae en cegadoras diagonales que entran a través de las lamas de la persiana. Ilumina mesas altas y una barra. En sus estrechas bandas bailan motas de polvo. En las paredes, oscurecidas por sombras que se me antojan animales, cuelgan carteles de fiestas pasadas y futuras. Huele a sudor, a alcohol y a humo. El suelo está pegajoso, por todas partes hay colillas y vasos de plástico. Una bola de discoteca plateada gira monótonamente por encima de nosotros.

—Hace cuatro horas que hemos cerrado —informa el hombre. Lleva una camiseta negra y estrecha, hace dos como yo y es todo músculo. Ojos castaño oscuro, labios gruesos y una calva redondeada que termina en un cuello de toro—. Nadie suele ver el club así.

Un par de minutos antes todavía estábamos fuera. Pese a que ya habían barrido las aceras, aún se notaba que Mar Mikhael es el barrio de marcha: clubes y bares a ambos lados de la calle, fachadas pintadas de colores, grafitis, guirnaldas formando profundos arcos inversos. Aquí todo el mundo parece ser artista, creador callejero, músico, bailarín o tragafuegos. Los clubes llevan nombres ingleses o franceses: Studio 43, Behind the Green Door, Floyd the Dog, Electro Mechanique, L’humeur du chef. El Rhino Night Club no ha sido fácil de encontrar. Desde fuera parece más bien un centro juvenil pasado de moda, cubierto de hiedra, con la pintura desconchada y un cartel de trazo sencillo sobre la puerta.

He tenido que llamar tres veces antes de que apareciera ese hombre. Nos ha dicho que no con la mano y se ha señalado el reloj de pulsera: «Está cerrado».

Cuando ya se daba la vuelta, he tocado el timbre otra vez.

La puerta de cristal se ha abierto. Unos bíceps amenazantes, una voz molesta:

—¿Qué quieres?

—Busco a Sinan Aziz.

—¿Y quién eres?

—Samir El-Hourani. Este es mi amigo Nabil.

—No abrimos hasta la noche.

—Pero es que tengo que hablar con él urgentemente.

—Y yo tengo que dormir urgentemente. Vuelve por la noche.

—¿Es usted Sinan Aziz?

—No.

—¿Él está?

—No recibe visitas. Y menos aún a estas horas.

—¿Podría informarle de que he venido? Tal vez quiera hacer una excepción.

Cejas levantadas, una mirada escéptica.

—¿Y por qué iba a querer?

—Tengo esta tarjeta.

Unas carcajadas que resuenan como un trueno.

—¿Es un chiste?

—¿Por qué?

—Es la tarjeta de visita del club. Está por todas partes.

—Pero a mí me la han dado en Zahlé.

—Es muy posible.

—Me la ha dado mi abuela. Sinan Aziz le dejó esta tarjeta en persona.

Breve pausa.

—¿Qué tengo que decirle?

—Dígale que el hijo de Brahim Bourguiba quiere verlo.



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