El informe Flandes (Spanish Edition) by Montero Carlos

autor:Montero, Carlos [Montero, Carlos]
La lengua: spa
Format: epub
editor: De Librum Tremens
publicado: 2015-09-06T22:00:00+00:00

Yo os certifico que me traen muy cansado y cerca de acabárseme la paciencia, por mucha que tengo… Y veo que si los Estados Baxos fueran de otro hubieran hecho maravillas porque no se perdieran a la religión en ellos, y por ser mios creo que pasan por que se pierdan, por que los pierda yo.

Felipe II a su ministro Granvela en 1581 en referencia a la postura del Papado para con Flandes.

Alonso Gutiérrez esperaba impaciente en su despacho al enviado del general Gaspar de Coligny para tratar con él la información que había logrado sonsacar en la cancillería de Exteriores y que él creía que podía estar relacionada con el extraño comportamiento que el Rey estaba teniendo desde hacía algo más de un mes. Habían pasado ya más de tres semanas desde la reunión que mantuvo con el general francés y hasta el día de ayer no había conseguido averiguar nada. Gaspar de Coligny había vuelto a Francia sin llevarse nada tangible. Seguía sin noticias de Luis Carrillo, y Sebastián Herrera llevaba fuera de Madrid unos días tratando de encontrar alguna pista fiable que pudiera llevar hasta él. Unos golpes en la puerta le sacaron de sus cavilaciones.

—Adelante —dijo el Consejero Real.

—Excelencia, está aquí Sebastián Herrera y pide ser recibido —dijo el mayordomo que se había asomado a la puerta.

—Muy bien, que pase.

—Excelencia, buenos días —Sebastián Herrera saludó al entrar en el despacho.

—Buenos días Sebastián. Llevo unos días sin tener nuevas tuyas. ¿Alguna noticia de interés?

—Creo que sí Excelencia. Hemos encontrado el rastro de Luis Carrillo.

—¡Excelente! Por fin. Cuéntame todo, así podré ofrecer algo más al enviado francés al que estoy esperando.

—Luis Carrillo estuvo en Toledo después de la reunión que tuvo con el Rey y con Antonio Pérez y creemos que volvió a Madrid al día siguiente del asesinato de Juan de Escobedo. Creemos que Gonzalo Lope entró esa noche en Madrid por la Puerta de Toledo acompañado de otro individuo. Presentaron un salvoconducto firmado por Antonio Pérez pero los guardias que estaban esa noche en la puerta no vieron la cara del acompañante de Gonzalo Lope, no hicieron preguntas y les dejaron pasar. Pasaron la noche en Palacio y todo el día siguiente sin dejarse apenas ver y a la mañana del segundo día Gonzalo Lope y otro hombre salían de Madrid por el camino de Alcalá en dirección a Barcelona.

—¿Cómo has conseguido esa información?

—Un mozo de las caballerizas reales estuvo preparándoles los caballos y Gonzalo Lope comentó a una de las cocineras del Alcázar, con la que está encamado, que salía de viaje hacia Barcelona para arreglar unos asuntos que le había encomendado Antonio Pérez. Mandé algunos hombres para que indagaran por el camino de Alcalá. No lograron encontrar el rastro hasta una posada de mala muerte a las afueras de Sigüenza. Allí durmieron dos hombres la noche que salieron de Madrid, y por las descripciones del posadero, uno era seguro Gonzalo Lope. Así que parece ser que si que iban a Barcelona.

—Interesante —comentó el Consejero Real—.

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