El cineclub de Meryl Streep by Mia March

autor:Mia March [March, Mia]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Contemporánea
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00

11

June

«¿Cómo he llegado hasta aquí?», se preguntó June a las seis de la mañana del Día del Trabajo sentada al volante de su Subaru. Marley estaba sentada en el asiento del acompañante, mirando las altas ventanas de Boothway Flowers, donde vivía su antiguo novio de la secundaria, una estrella del béisbol de quien June recordaba que era muy atractivo y que había salido con Marley durante un verano. Al parecer, habían vuelto a coincidir a principios de primavera y habían comenzado a salir de nuevo. Pero, hacía algunas semanas, habían tenido una fuerte discusión y Marley había decidido dejarlo. Y a Kip —abreviatura de Christopher, según había sabido June la noche anterior— le había faltado tiempo para citarse con otra. Vivía en Boothbay todo el año, y trabajaba como entrenador en programas universitarios y de ocio. Por lo visto, habían discutido porque, al igual que en el pasado, Kip no estaba interesado en quedar sólo con Marley.

Y ahora estaba a punto de decirle que estaba embarazada de diez semanas y que el padre era él. Las seis de la mañana no parecía la mejor hora, pero ¿cuál lo era? Marley lo había llamado la noche anterior y le había dicho que tenían algo importante de que hablar, y Kip le había contestado que el único momento que tenía libre era antes de iniciar sus ejercicios matutinos. Marley se lo había contado a June cuando la había llamado también la noche anterior, hecha un mar de lágrimas, para pedirle consejo. Quería saber cómo se había tomado la noticia el padre de Charlie. ¿De qué modo se lo había dicho June?

Y así, con una copa de vino delante, en el salón y a medianoche, June le contó a Marley la historia, que no daba para mucho. Pese a que June no había pasado por la experiencia de compartir la noticia con el padre de su hijo, Marley le preguntó si la acompañaría para contárselo a Kip; la chica necesitaba apoyo en aquel duro momento. June se preguntó qué habría pasado si ella se hubiera reunido con John cuando se dio cuenta de que estaba embarazada. Si se lo hubiera dicho y él la hubiera abandonado, se habría quedado sola en Nueva York y se habría sentido rechazada, abandonada. Puede que no conociera muy bien a Marley Mathers, pero iba a ayudarla.

—Bueno —exclamó Marley, echando mano por tercera vez en cinco minutos de la manilla de la puerta del coche—. Ahí voy.

—Aquí estaré —confirmó June.

Un minuto después, Marley salió por fin del automóvil y se dirigió a la puerta que estaba entre la floristería y la tienda de cerámica. Con la mano en el picaporte, se volvió con una última sonrisa en los labios. Luego desapareció en el interior del portal.

June no tenía la menor idea de lo que iba a decir Kip, de cómo reaccionaría, pero envidiaba a Marley porque tenía la posibilidad de poder hablar con él. Por lo menos, Kip lo sabría. «Por favor, muéstrate eufórico —musitó June—. Estréchala en

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