El amor es para los tontos by Marian Arpa

autor:Marian Arpa [Arpa, Marian]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2024-09-05T00:00:00+00:00

Capítulo 18

Sabrina estaba confusa desde su encuentro con Peter; aquel hombre le causaba unas sensaciones que no entendía. Desde el primer momento había sido muy atento con ella, incluso se preocupaba de que estuviera bien, de que la trataran bien.

Pensar en él le había quitado el sueño y, después de estar una hora dando vueltas en la cama, se levantó, se puso una bata y bajó, se preparó una infusión y se le ocurrió que podía ponerse a trabajar hasta que le cogiera sueño. Se sentó frente al ordenador y siguió con lo que había dejado aquella tarde.

Oyó una puerta que se abría en el piso superior y vio a su tío bajando las escaleras.

—Hija, ¿qué haces trabajando?

—No podía dormir y así aprovecho el tiempo.

—Tienes que descansar.

—Lo sé, pero…

—¿Ha ocurrido algo hoy que te haya molestado?

Ella recordó las palabras airadas de Johnsy, sin embargo, no era eso lo que la mantenía despierta.

—Estoy confusa, tío.

Él la había visto llegar con Peter y había salido para que su mujer mantuviera la boca cerrada, que no la tratara como una cualquiera, como había escuchado en otra ocasión en la que llegaron juntos.

—¿Se trata de Peter?

—¿Tan transparente soy?

—No, lo que ocurre es que soy viejo, pero no tonto.

—A su lado siento cómo se me calienta la piel, como si mil hormigas recorrieran mi cuerpo; no puedo pensar, él ocupa toda mi mente.

Anthony sonrió.

—¿Solo te ocurre cuando estás con él? ¿O también con otros hombres? Aquí tenemos trabajadores muy apuestos.

—Solo con él.

—Y tú ¿a qué crees que se debe? —Al tío se le hacía difícil hablar con ella de asuntos del corazón.

—No lo sé.

El hombre se levantó y buscó en las estanterías; recordaba que, cuando le cogió el amago de infarto, su mujer se había comprado unas revistas para acompañarlo en el hospital y en una de ellas regalaban una novela romántica. Mia no la leería ni loca, sin embargo, como él estaba aburrido la leyó y le gustó.

—Toma, hija. —Ya hacía unos días que la llamaba de esa forma y los dos parecían sentirse cómodos con aquel trato—. Lee esta novela, cuando la termines podemos seguir hablando del asunto si quieres.

Sabrina lo miró sorprendida y leyó en voz alta: «Orgulloso, desconfiado y… guapísimo, de Marian Arpa». Extrañada de aquella reacción de su tío, apagó el ordenador y se fue a su habitación. Se sentó en la cama, apoyada en el cabecero con las piernas cruzadas, y empezó a leer. Empezó a cambiar el cielo de color y ella no había podido dejar la lectura; supo que tendría que dejarlo hasta la noche, pero con lo que ya llevaba empezaba a entender por qué su tío se lo había dado.

¿Le estaría ocurriendo a ella lo mismo que a los protagonistas?

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