El amante de jade by Catherine Brook

El amante de jade by Catherine Brook

autor:Catherine Brook
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2019-01-02T23:00:00+00:00


Capítulo 12

Ignorando deliberadamente las miradas curiosas, Jade alzó el mentón y caminó por el pueblo con la mayor dignidad que fue capaz de recoger.

El rumor de su ya confirmada ruina y el traslado de su padre a la cárcel debía ser, desde hacía días, el chisme de la temporada. Dudaba que hubiera un ser en ese pueblo que no estuviese enterado del asunto o que no lo comentara y, si bien antes pasaban por alto que paseara por el pueblo vestida como doncella solo por tener algo de respetabilidad, ahora ni eso. No había nada peor para la sociedad que uno de los suyos perdiera toda su fortuna y, además, terminara en la cárcel de deudores, por lo que la familia de este era literalmente expulsada de los buenos círculos y no valían más que el más pobre de los mendigos.

Tal era la situación que algunos hombres se atrevieron a gritarle cosas soeces, cosa que la hizo apretar los puños. Hasta ese punto había perdido la respetabilidad, pero era algo que ya se esperaba. Las mujeres respetables casi no la saludaban si la veían; solo la ignoraban. Ya no era parte de la buena sociedad, solo una humana más.

Suspirando, hizo algunas cuantas compras que se había ofrecido a llevarle a la cocinera para despejar su mente. Sonrió amablemente a los buenos vendedores que parecían los únicos para los que seguía siendo la respetable señorita. Kingsley. Esas buenas personas tenían el corazón y la amabilidad que escaseaba en la buena sociedad y Jade se dijo que la vida solía tratarlos muy mal.

Cuando terminó o, mejor dicho, cuando el dinero se le acabó, se dispuso a regresar a casa haciendo caso omiso a los murmullos con los que se topaba cuando pasaba al lado de alguien. Ya nada sería igual, lo sabía, y no se imaginaba cómo su orgullosa madre se sobrepondría a ello. Si seguían hablándole dos de sus muchas amistades, sería bastante.

Había salido del pueblo y llegado al camino que la conduciría hacia sus tierras cuando vio que un trío de hombres se le acercaba. Reconoció a dos como los hijos del médico, y al tercero como el hijo del administrador de la propiedad que tenía ahí el duque de Rutland. Ninguno debía sobrepasar los veinticinco años y, según se rumoreaba, no poseían el mejor comportamiento. Decían que habían jugado con varias doncellas, pero nunca se confirmó nada al respecto.

Aunque intentó ignorarlos y seguir adelante, le dieron alcance y un estremecimiento recorrió su cuerpo como un mal presentimiento.

—Buenos días, señorita Kingsley —saludó con un tono aparentemente agradable el joven George, hijo del señor Wasner, el médico—. ¿Necesita ayuda con eso? —señaló la canasta donde llevaba las compras—. Podemos acompañarla hasta su casa.

—Gracias por su amabilidad, pero no será necesario.

—Vamos —insistió el otro hijo del señor Wasner, Charlie—. No nos niegue ese placer. —Sonrió, pero de una forma extraña que instó a Jade a acelerar el paso.

—Son muy amables, en verdad, pero pudo sola. No me gustaría abusar así de su tiempo.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.