Demasiado para Gálvez by Jorge Martínez Reverte

autor:Jorge Martínez Reverte [Martínez Reverte, Jorge]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Policial, Humor
editor: ePubLibre
publicado: 1979-01-01T00:00:00+00:00

XIII

Hay varias maneras de hacer un trabajo en equipo. La primera que le viene a uno a la cabeza cuando oye la palabra equipo es la de un par de individuos tecleando cada uno en una máquina e intercambiando información, que discuten para dar un sentido al trabajo. Luego está la habitual, que consiste en que varios trabajan y firman todos juntos. Los papeles en este segundo caso se distribuyen de manera irregular, y existe un censor que mira con aire displicente a los demás y tacha frases enteras con un rotulador negro. Este simpático individuo suele ser el que firma en primer lugar.

La primera crónica sobre Serfico y la muerte de Luque fue una variante de la segunda especie. Las peculiaridades consistían en que éramos solo dos y Luengo firmaría en primer lugar. Mientras yo tecleaba la máquina y él se dedicaba a arrugar mis folios, que luego encestaba en la papelera con escasa puntería, pensé que ese no iba a ser el artículo que recordaría con más cariño entre los realizados a lo largo de mi vida de periodista.

A las diez de la noche, tras arduas negociaciones que consistían en movimientos de cabeza por parte de Luengo a mis propuestas, conseguimos terminar la historia: dos folios de narración. Luengo llevaba la corbata floja, había conseguido mediante no sé qué procedimiento que le creciera mucho la barba, y se había subido las mangas de la camisa hasta la mitad del antebrazo. Se levantó apagando con descuido medio cigarrillo y suspiró. Tomó un folio y lo introdujo en la máquina. Unos minutos después, yo asistía como espectador privilegiado a la redacción de la entradilla:

«A las tres de la tarde del pasado día 12, José Luque aparecía degollado en su despacho. Mano derecha de don Luis García mata, y hombre fundamental en la organización de Serfico S. A., Luque era conocido en Málaga por sus relaciones con el hampa local y su tendencia a buscar los favores de jovencitas. Los hechos conocidos parecen indicar que el crimen está relacionado con las inclinaciones personales de Luque. L. Luengo y J. Gálvez, enviados de Novedades, redactaron este primer informe en exclusiva para nuestros lectores».

No pude dar crédito a lo que leía. Debían haberme tomado por un imbécil. Primero me habían obligado a silenciar un montón de datos por no estar suficientemente probados. Luego había tenido que redactar una aséptica información que eludía toda relación con la versión original («para no quemar los datos, ya sabes»). Y, para finalizar, se iniciaba todo con una sarta de insinuaciones por las que Luque parecía hasta merecer la muerte. Luengo permanecía expectante. Estaba muy seguro de sí, porque no intentó justificarse: directamente había escrito aquello y me ofrecía un ultimátum.

—No esperarás que yo firme esta basura, ¿verdad? —le escupí casi—. Ahora me vas a explicar, además, por qué este repentino interés en acabar con Luque una vez que ya lo ha perdido todo y, sobre todo, qué es lo que sucede con Serfico. En estos momentos pienso que ya no queréis investigar más al respecto.

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