Chantaje a una jueza by Ana Pardo de Vera

autor:Ana Pardo de Vera [Pardo de Vera, Ana]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Drama, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2022-09-01T00:00:00+00:00

5

Tucho y Esther se vuelven a Asturias. Enterrada Amalia, dice su exmarido, ya no tienen nada que hacer en Lugo. El viaje es largo y cuanto antes empiecen a normalizar la vida de la niña, mejor.

—Hay mucho que hablar y sanar en esta cabeciña —dice Tucho acariciando a su hija, que, aunque sigue seria y llorosa, ya ha abandonado la crispación y la ofuscación que le hicieron no abrir la boca durante cuarenta y ocho horas.

Los cinco —Cosme ya se ha ido hace rato a visitar a unos compañeros en la ciudad amurallada— se abrazan muy fuerte, conscientes de que será muy difícil que todos ellos vuelvan a coincidir en algún momento de sus vidas, pese a la irreductibilidad del lazo que los une para siempre.

Mientras Tucho y la niña se pierden por la calle de los vinos, abrazados bajo el paraguas diminuto de Mafalda, los tres amigos los observan en silencio sin mirarlos realmente, pensando cada uno en los suyo y todos en lo mismo.

—¿Y ahora qué, Xuliño?

—No sé, Xeno, no sé… Necesito que miremos bien todo lo que dejó Amalia en la carpeta del ordenador relacionada con el hijo del magistrado. Lo que os conté, la actividad de su despacho aquí en España y en Portugal… ¿Sabíais que estaba en Madeira?

—Joder, esto cada vez pinta peor. —Sandra da un largo silbido mientras le asoma en la frente la vena hinchada del estrés vocacional—. Madeira es región autónoma y se la considera un paraíso fiscal de facto, aunque no está oficializado como tal, no sale en la lista de paraísos de la Unión Europea. Pero Funchal, la capital, está llena de despachos expertos en gestión de patrimonio, como el de Perolo. Lo normal es que estos bufetes se dediquen a la creación de empresas pantalla para evadir impuestos, por ejemplo, de los derechos de imagen que cobran algunos futbolistas en España. No es ilegal si avisas a Hacienda de su existencia y, además, Madeira no es reacia a colaborar con las instituciones de otros países, eso sí, mediante justificación previa para acceder a los expedientes fiscales. O sea, fácil no es investigar, ponen muchas trabas. El problema es que mucho de ese dinero depositado en empresas hechas a medida en Madeira no se declara en los países de sus dueños, que suelen, además, colocar a testaferros, crear otras sociedades por debajo de la sociedad matriz para evitar impuestos, evadirlos, blanquear dinero… Es muy jugoso para los traficantes de todo tipo. ¿Has encontrado algo en este sentido?

Sandra ya está buscando con su tableta noticias sobre operaciones contra el blanqueo de capitales ejecutadas desde Madeira. No encuentra mucho, pero Xeno empieza a negar con la cabeza…

—A ver, a ver… Muchachos, no os desparraméis. ¿Dónde está esa documentación, Xulio? ¿La sacaste del ordenador de Amalia ya o tenemos que volver a por ella?

—Está allí, la volqué en un pendrive que dejé guardado en la alacena por si finalmente Tucho decidía llevarse el ordenador. No quería sacar nada de la casa antes por si acaso, y menos aún sin que lo vierais todo vosotros, y ayer estaba hecho más mierda que hoy.

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