Casanova. La sonata de los corazones rotos by Matteo Strukul

Casanova. La sonata de los corazones rotos by Matteo Strukul

autor:Matteo Strukul [Strukul, Matteo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico
editor: ePubLibre
publicado: 2018-03-26T16:00:00+00:00


31

Besos y sombras

Cuando Giacomo la besó en los labios, Francesca se sintió desvanecer. El peligro, la excitación, las mentiras, la penumbra, el silencio de la noche eran detalles que parecían componer una fantasmagoría de misterio y sorpresa, una mezcla tan potente que intensificaba el deseo y arrebataba los sentidos.

Desnuda entre sus brazos, se sentía protegida, amada como nunca, embargada por una felicidad desconocida y abrumadora: Giacomo representaba todo aquello que siempre había soñado. Además, sus ojos de color aguamarina, vivos, brillantes, le procuraban escalofríos de placer cuando estaba encima de ella. Los mantenía entornados, como esquirlas de hielo ardiente. Era imposible describir la maravilla: Francesca quería perderse en ellos.

Había sido así desde el comienzo, estaba segura, desde el mismo instante en que él la vio por primera vez en el Palacio Contarini dal Zaffo. Por entonces ella ya había percibido el magnetismo, el poder irresistible, como también ocurría en ese momento, mientras la miraba fijamente; todo lo demás carecía de importancia.

Sintió las manos de él acariciarle las nalgas, sus labios demorándose en sus pezones turgentes.

Después la penetró de repente. Francesca gritó.

Aquella voz procedía de lo más profundo de su ser, como si Giacomo le hubiera desnudado el alma.

Bebía ávidamente sus besos, con todo el cuerpo tenso como la cuerda de un arco, mientras sus envites se hacían cada vez más impetuosos y los labios famélicos se unían a los suyos una vez, dos, tres, y luego otra y otra más.

La pelvis de Giacomo se estrellaba contra sus caderas en un dulce conflicto mientras él la poseía de manera lánguida, lenta, prolongando el placer de cada simple movimiento en un instante de eternidad.

Ella era Jericó, Cartago, Roma, era una ciudad incendiada, saqueada y doblegada a la voluntad de un conquistador invencible.



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