Bruja Akata by Nnedi Okorafor

Bruja Akata by Nnedi Okorafor

autor:Nnedi Okorafor [Okorafor, Nnedi]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2011-01-01T00:00:00+00:00


11

LECCIONES

—Tienes suerte de que no te escueza la espalda —dijo Anatov—. Lechezúcar pone a un chaval muy musculoso a azotar. —Se levantó y paseó a su alrededor con las manos en la espalda—. Esto cambia un poco las cosas. De no ser por la imprudencia de Sunny, os habría enviado a todos a ver a Lechezúcar y a hacer un recorrido por la biblioteca Obi… Sin incluir la cuarta planta, claro está.

Sunny se alegró cuando nadie pareció enfadarse.

—Hoy será corto —prosiguió—. Os enseñaré algunos jujus importantes. Luego podréis probar unos cuantos avanzados. —Se sentó y se echó la larga barba sobre el hombro—. El juju de sanar es delicado. Si lo hacéis mal, empeoraréis la enfermedad. Primero hay que encontrar la causa. Supongamos que un hombre tiene un grano en su nyash.

Orlu, Chichi y Sunny rieron con disimulo. Sasha sólo frunció el ceño.

—No sabes lo que significa nyash, ¿verdad? —le preguntó Anatov—. Venga ya. Precisamente esa.

—Es «culo» en inglés pidgin —dijo Chichi, aún riéndose.

Sasha resolló y apartó la mirada.

—Trabaja más en tu inglés pidgin y en tu igbo —le dijo Anatov a Sasha—. ¿Aún no sabes ningún insulto general? Patético.

—Me esfuerzo todo lo que puedo —respondió Sasha en un igbo perfecto. Incluso se las apañó para disimular su acento americano. Sunny tuvo que admitir que la había impresionado.

—Esfuérzate más —replicó Anatov—. Bueno, volvamos al nyash. Soy un hombre con un grano en el nyash. Quiero que desaparezca antes de que lo vea mi mujer. ¿Qué hago?

—Apriétalo —propuso Sasha. Todos se echaron a reír.

—Eso dejará una llaga que se podría infectar —dijo Anatov, aún serio—. ¿Un problema tan simple y nadie sabe decirme cómo curarlo rápidamente?

—Tendrás que hacer una medicina potente —dijo Chichi.

—Sí, pero ese tipo de remedio llevará toda la noche —replicó Anatov. Al cabo de un momento, añadió—: Abrid vuestros libros por la página ciento dieciocho.

El capítulo se titulaba: «Retejer: Sanación rápida a mano». Anatov leyó el segundo párrafo en voz alta:

—Sólo hay una única forma de curar el cuerpo con rapidez. Hay que deshacer y luego retejer las células. Las personas que destacan en esto tienen manos rápidas y una capacidad espacial extraordinaria. Los hombres poseen esta habilidad en mayor medida que las mujeres. Con gente joven, sólo es necesario observar su habilidad para jugar videojuegos a modo de respuesta. —Anatov alzó la mirada del libro—. Quiero que todos os examinéis para detectar una afección. Puede ser un corte, un arañazo, un moratón o un grano.

Sunny aún tenía muchos moratones y arañazos de la pelea con Jibaku.

Anatov alzó un pequeño frasco que contenía una sustancia azul claro.

—En vuestro tiempo libre, id a Golpe Leopardo y comprad un poco de esto. Se llama polvo de Manos Sanadoras. Venid a coger un pellizco. Deberéis llevarlo con vosotros todo el tiempo…, sólo por si acaso.

Sunny sintió la calidez de aquel polvo entre los dedos, pero no de una forma desagradable.

—Si lo sujetáis durante demasiado tiempo, la zona de la piel que lo está tocando desarrollará cáncer —dijo Anatov.

Todos se quedaron de piedra.



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