Te Tengo by Storm Victory

autor:Storm, Victory [Victory Storm]
La lengua: spa
Format: epub
editor: ЛитРес
publicado: 2020-11-15T00:00:00+00:00

17

GINEBRA

Al día siguiente todavía estaba molesta por la intromisión de Maya.

Me había dado un ultimátum y sabía que dentro de dos días habría venido a buscarme. Costara lo que costara.

Maya era así. Cuando se le metía algo en la cabeza, no había forma de hacerle cambiar idea.

El problema era que no quería irme.

En el Bridge había encontrado una familia.

Mariela era la madre que siempre había querido tener. Siempre me hacía cumplidos, probaba todo lo que preparaba y me ayudaba en el trabajo cuando estaba cansada.

Lorenzo había tomado un poco de distancia desde que habíamos hablado en el privado.

Siempre estaba pensativo y distraído, casi impaciente, como si esperara también él, el regreso de Maya.

Esa noche el local estaba lleno y tuve que dar una mano hasta tarde.

Llevé a las mesas todo tipo de tragos y cócteles con platos refinados o aperitivos.

A medianoche estaba exhausta, ya que esa mañana me había levantado temprano para dar una mano en el desayuno.

“Lorenzo pidió que le sirvas un Manhattan y un whisky para sus huéspedes y que luego termines tu turno”, me avisó Frank, el barman, dándome una bandeja con cuatro vasos.

“Ok”, respondí tomando la orden. Durante todo el día Lorenzo había intentado hablarme, pero siempre había encontrado la excusa para escapar.

Por lo que parecía, todavía no se había dado por vencido.

Rezongando, fui a su mesa.

Estaba por subir los pocos escalones para llegar a él, cuando sentí una voz familiar.

“Edoardo confía en mí y, su hija no ve la hora de casarse conmigo. Está hecho!”

Brian Esposito!

Casi se me cae el vaso de la mano cuando me di cuenta que el hombre que estaba hablando con Lorenzo y los demás, era aquel con quien mi padre quería que me casara.

Por suerte se había dado vuelta y no me vio llegar, pero habría alcanzado un paso hacia mí para que cayera sobre mí.

Rápidamente, llevé la mirada a los otros interlocutores y vi la mirada de Lorenzo.

Salté del miedo, ante la expresión en sus ojos y la mandíbula contraída.

Y si Brian le hubiera dicho quién era? Y si hubiera descubierto todo y ahora quería lastimarme?

Tenía el cerebro completamente en pausa y no podía reaccionar.

Lo único que quería era escapar lo más lejos posible de Brian y de Lorenzo.

Presa del pánico y todavía incrédula por encontrar uno de los hombres de mi padre en la zona oeste de la ciudad, volví hacia atrás y me puse a correr hacia el mostrador de bar.

Golpeé la bandeja con fuerza, diciéndole a Frank que llamara a otra camarera y corrí hacia la cocina.

“Sabes que no te quiero aquí!”, gritó el chef apenas me vio.

Todavía demasiado sorprendida como para razonar, me dirigí hacia la puerta de atrás y salí al callejón que estaba en el lado norte del local.

Miré a mi alrededor.

No podía respirar, el corazón me latía con furia en el pecho y las piernas me temblaban.

Me apoyé en una pared e intenté calmarme.

Qué demonios vino a hacer aquí Brian Esposito?

Estaba prohibido y era peligroso para alguien del clan de los Rinaldi, ir a la zona este de la ciudad.

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