Supervivencia by George H. White

Supervivencia by George H. White

autor:George H. White [White, George H.]
La lengua: spa
Format: mobi, epub
Tags: Ciencia Ficción
editor: Valenciana
publicado: 1976-01-01T00:00:00+00:00


CAPITULO VII.

Las leyes físicas se manifestaban implacablemente siempre. Si al abandonar el crucero sideral el aerobote hubiese podido zafarse de estas leyes naturales, la escuadrilla que venía detrás a 50.000 o 70.000 kilómetros por segundo, hubiese pasado de largo como una exhalación y en un minuto estaría a la fantástica distancia de tres millones seiscientos mil kilómetros. Tal no podía suceder, porque el aerobote de salvamento, al abandonar el "Boston", estaba cargado de energía cinética, y seguía volando a la misma velocidad que aquél.

Una prueba espectacular de cómo actuaba la energía cinética solía darse en los accidentes de automóvil. Un auto corría a cien kilómetros por hora y sufría un choque frontal. El vehículo se detenía bruscamente, pero el conductor salía proyectado a través del parabrisas como un proyectil.

Según estas mismas leyes, las aeronaves habrían sido imposibles de tripular por seres humanos (y ciertas naves particularmente veloces lo habían sido durante mucho tiempo) que quedarían destrozados en una aceleración, en un viraje rápido o un frenazo brusco. En la actualidad este fenómeno estaba controlado mediante la aplicación de campos gravitacionales, pero estas fuerzas sólo actuaban correlativamente entre la tripulación y el buque, y el buque y todos los objetos que se encontraban en él. La aeronave, con respecto al espacio, estaba sometida a las leyes de la física universal. La única ventaja (y no era pequeña) era que ahora podía llevar a cabo aceleraciones fulgurantes, desaceleraciones bruscas y cambios de dirección antes prohibitivos, tanto para los pasajeros, como para la misma integridad de la aeronave.

Todos estos fenómenos eran como el ABC del cosmonauta, algo que Fidel Aznar conocía muy bien y no podía olvidar.

Al salir por el portón del crucero sideral, el aerobote se alejó de éste acelerando a toda la potencia de su motor lumínico. Mirando hacia atrás, los tripulantes del aerobote habrían visto el crucero empequeñeciéndose rápidamente en la negra lobreguez del espacio, donde brillaban simultáneamente el sol y las estrellas. A falta de puntos de referencia próximos parecía que el crucero estaba inmóvil, cuando la realidad era que el buque estaba moviéndose a más de 50.000 kilómetros por segundo (180 millones de Km. hora) y el propio aerobote se movía a su vez en dos sentidos. Seguía al buque manteniendo su velocidad, y al mismo tiempo se alejaba de éste a velocidad uniformemente acelerada. Es decir, el aerobote se desplazaba de costado a una velocidad, y de frente a otra velocidad distinta y mucho más pequeña, pero que iba aumentando con los cuadrados de los tiempos recorridos.

Sometidos a las leyes de la inercia, los cruceros persecutores no podían virar en ángulo recto para seguir al pequeño aerobote, pero sí podían girar sobre su eje 45 grados y continuar acelerando, en cuyo caso se encontraban en igualdad de condiciones que los fugitivos, volando lateralmente y simultáneamente de cara, maniobra de la que resultaba el trazado de una amplia parábola. De todo ello resultaba que los fugitivos, al abandonar el buque, sólo habían cambiado un medio por otro, sin que pudiera decirse que por ello estuvieran completamente a salvo.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.