Suaves pétalos de amor by Encarna Magin

Suaves pétalos de amor by Encarna Magin

autor:Encarna Magin [Magin, Encarna]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00


Capítulo 9

Lucía e Iván se despertaron con la intención de hacer una excursión por los alrededores. Ella tenía ganas de admirar la naturaleza en todo su esplendor y riqueza. El día anterior un zorro visitó la cabaña, pero cuando el animal olió la fragancia humana echó a correr tan deprisa que las patas casi no tocaban el suelo. Ambos estuvieron un rato riéndose del exagerado animal. Sin embargo tuvieron que cambiar de planes. Llovía. Una lluvia fina y continua, los restos de la tormenta de la noche anterior. Aunque era verano en esa montaña el clima era muy diferente y cuando el sol no resplandecía el frescor en el ambiente era evidente.

Lucía acababa de ducharse. Llevaba una toalla rodeándole el cuerpo. Escuchaba a Iván cantar mientras se duchaba. No era de extrañar que lloviera, cantaba fatal. De pronto una melodía atrajo su atención. Era el móvil de él. Lo había conectado diciendo que tenía que recibir una llamada de Javi. No quiso especificar más y como ella no mostraba interés por sus negocios tampoco quiso insistir más. Decidió cogerlo y decirle a Javi que telefoneara más tarde. Miró la pantalla. Era él. Apretó el botón de descolgar.

- Javi, soy Lucía, telefonea un poco más tarde. Iván se está duchando -un ruido ensordecedor hizo que la mujer separara durante un instante el móvil de la oreja.

- Iván, ¿eres tú? Te oigo fatal, amigo.

- No… Iván está…

- Abel está fuera de Els Roures como mandaste… ¡de verdad que te oigo fatal! Sal fuera por si hay mejor cobertura…

Lucía se quedó muda en el acto. ¿Abel libre?

- ¿Iván, me oyes? ¡Joder con la cobertura!

Iván salió del cuarto de baño, desnudo con una toalla en las manos secándose con vigorosidad el pelo. Lucía estaba delante de la cama con el móvil en la mano y oía a su amigo llamarle a través del móvil. Lucía se lo entregó. Su cara revelaba que sabía de la noticia de la liberación de su hermano. Se maldijo en silencio por no haberse llevado el móvil al baño.

¡Estúpido… cabeza hueca!

Se lo llevó a la oreja y tiró la toalla encima la cama.

- Javi, después te llamo -colgó.

- Mi hermano está libre.

Iván asintió con lentitud.

- Sí, desde esta mañana.

- Tengo que verle -pidió Lucía tragando saliva.

- Sí, por supuesto, no te retendré a la fuerza.

Ella intentó interpretar lo que le decía. Podía irse cuando le diera la gana, que él no se opondría. Era libre del chantaje. Sólo había una explicación.

- Sí que te has cansado pronto de mí.

El hombre hizo una mueca de desagrado con los labios.

- ¿De dónde has sacado esa tonta idea? -preguntó el.

- Tú me dijiste que lo sacarías después de que te cansaras de tenerme en tu cama.

- Nunca me cansaré de ti. Te lo dije cuando hicimos el amor en mi casa de la costa. Nunca tendré bastante. Nunca será suficiente.

- ¿Entonces?

- No más amenazas, no más chantajes -se detuvo un momento para aspirar aire antes de continuar-. No quiero tenerte a mi lado a la fuerza.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.