¿Farsa o realidad? by Priscila Serrano

autor:Priscila Serrano [Serrano, Priscila]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Erótico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-07-06T00:00:00+00:00

Capítulo 20

Saúl

No me habría ido si no fuera porque tenía que trabajar. Dejarla en casa después de lo que había pasado me iba a martirizar toda la jornada. Decidí quitarme el reloj de la muñeca para no mirar la hora y no volverme loco por querer irme de una vez. Lo mejor era concentrarme en el trabajo, en atender las mesas y hablar con los clientes, era lo único que conseguía que dejara de pensar en Daniela. No obstante, se me iba a hacer eterno el día.

Los clientes comenzaron a llegar y mi trabajo se incrementó considerablemente. Menos mal que no era el único camarero y solo llevaba algunas mesas, aun así, había mucho trabajo.

En el descanso de la comida, cogí el móvil y le envié un wasap a Daniela, no podía esperar más para saber de ella.

Saúl: Hola, pequeña. No puedo dejar de pensar en ti.

Esperé a que lo leyera y unos segundos después, se conectó. Estuve mirando la pantalla todo el tiempo hasta que vi que escribía. La respuesta llegó muy rápido.

Daniela: Hola, Saulito. Yo tampoco puedo dejar de pensar en ti.

Se me escapó un suspiro a la vez que sonreía como un gilipollas enamorado. No sabía que se podía querer tanto a una persona, como yo la quería a ella, y ahora que tenía la oportunidad de tenerla a mi lado, no podía desaprovecharla.

Saúl: ¿Cenamos juntos esta noche? Prepararé algo rico.

Daniela: Me parece muy buena idea. Al final no cocinas tan mal como creía.

Saúl: Sabía que te gustarían mis artes culinarias. Te tengo que dejar, nos vemos luego.

No pude leer su respuesta, tenía que regresar al trabajo. Volví a guardar el móvil y seguí con mis quehaceres con la esperanza de que terminase pronto y volver para estar con ella.

Sobre las ocho de la tarde mi turno acabó, cogí mis cosas y, tras despedirme de mis compañeros, me encaminé hasta mi casa. No sabía si Daniela habría llegado ya y ciertamente esperaba que estuviera. No tardé demasiado en llegar, estaba bastante cerca. Entré buscándola, pero no, no había llegado, así que me di una ducha rápida y, tras ponerme cómodo, fui a la cocina para preparar la cena, tal y como tenía pensado.

No había gran cosa, la verdad es que tenía que haber ido a comprar, pero no me daba tiempo a todo. Cogí la pechuga de pollo y la troceé para saltearla con verduras, era lo único más a mano.

Dejé la verdura y el pollo a fuego lento y fui al salón para poner música y preparar la mesa. Justo en ese momento, Daniela entró y, al verme poniendo la mesa, sonrió a la vez que alzaba una ceja.

—¿Celebramos algo? —preguntó, cerrando tras de sí.

—No lo sé… puede. —Caminé hasta ella.

Nos quedamos mirando unos minutos sin saber que hacer, ya que la última vez que nos vimos, nuestra despedida fue llena de besos, unos besos que deseaba volver a darle.

Estaba nervioso, demasiado, y lo que más quería era dejar el miedo a un lado para acercármele.

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