Prende fuego a la noche by Myriam M. Lejardi

autor:Myriam M. Lejardi [M. Lejardi, Myriam]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Juvenil, Fantástico
editor: ePubLibre
publicado: 2021-10-20T00:00:00+00:00

—Te juro que no me he metido en una secta, mamá.

Vail aparta los ojos de la carretera y se fija en la mueca exasperada de Gabriela.

Después de que vomitara encima de Lulu, no hubo objeciones cuando antes de salir de Vizcaya suplicó ir delante. En realidad, la chica quería conducir. Dijo que era la única que tenía el carnet y que le daba igual que el coche que habían robado fuera automático: de nada servía si la vampira no entendía las señales de circulación. Vail no cedió, aunque acabó prestándole el móvil para que llamara a su familia y a sus amigas y las tranquilizara. Y, de paso, para que dejara de quejarse porque no respetaba el límite de velocidad.

—Que sí, que estoy comiendo bien. No, no me estoy drogando… ¡Mamá, basta!

Esconde la cara para que Gabriela, que también la mira de reojo, no se dé cuenta de que la envidia. Una vez te conviertes, debes cortar los lazos previos más pronto que tarde. La Colmena no establece un plazo determinado para hacerlo, pero lo mejor es no extenderlo mucho para que no quepa la mínima sospecha de que tus seres queridos intuyen que algo ha cambiado. La Colmena es meticulosa con esos casos. Y cruel.

Cuando a ella le sucedió, no se molestó siquiera en avisar. Solo le quedaba su padre y su nueva familia y ella ya llevaba un año lejos de casa. Si su madre todavía hubiera seguido viva por entonces, habría dado cualquier cosa por la posibilidad de hablar con ella.

—Ya te he dicho que lo perdí en el concierto. No, no me lo robaron. Sí, sí, he anulado las tarjetas. No, ni se te ocurra llamarme a este número. Porque no es el mío, mamá. Cuando consiga uno te aviso… ¡Que no estoy metida en nada raro, joder! ¡¿Se puede saber qué te ha dicho Arantxa?! —Se calla y Vail lucha por contener la risa. No quiere que la humana se entere de que está oyendo perfectamente la otra parte de la conversación—. ¿Qué? Dios. La voy a matar. No, no es… —Suspira mientras se golpea varias veces la cabeza con el asiento—. No, ella tampoco se droga. ¡Por supuesto que no es Alba! ¡Claro que es mejor que ella, no soy idiota! Sí, vale, te la presentaré. ¿Qué tal está papá? Bueno, me alegro. Sí, te prometo que no tardaré tanto en volverte a llamar. Sí, sí. Un beso, te quiero.

Cuando cuelga, parece agotada.

—¿Quién es Alba? —Vail se alegra de que haya sido Cian el que ha hecho la pregunta. Ha estado a punto de escapársele a ella—. ¿Y qué le pasa a tu madre con la droga?

—Alba es mi exnovia y le pasa que cree que todos los músicos se acaban metiendo mierda tarde o temprano.

—Para drogarse hay que tener dinero y la mayoría sois unos muertos de hambre. Oye, ¿a quién has prometido presentarle?, —se burla.

Él también ha sido capaz de escucharlo todo y a la vampira le sorprende que la chica no se dé cuenta.

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