Mujeres que escriben by VARIAS AUTORAS

autor:VARIAS AUTORAS [Cuevas, María Paz]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9789569946936
editor: Pehoé Ediciones
publicado: 2021-03-03T00:00:00+00:00

TLP

Por Alicia Ramírez

Me vas a ver sonriendo, porque siempre lo hago,

pero quizás ande medio harta y medio rota,

medio triste y medio loca.

No seas tan duro conmigo,

me duelen muchas cosas, de la sonrisa para adentro.

Bleu Mirette

Son las 10:30 de la mañana de un miércoles. Estoy en la sala de reuniones habitual, junto con 7 personas más, discutiendo y resolviendo un tema complejo del proyecto en el que estoy participando desde comienzos de noviembre.

La sala es grande, caben aproximadamente 15 personas, se encuentra al nivel de la calle, con ventanas que se abren. Así puede entrar el aire de manera natural. Sus muebles antiguos, robustos, de madera noble y oscura, me hacen sentir como si estuviera en el directorio de una empresa de los años 90. Tiene una mesa rectangular larga, con 8 sillas por lado, sillas de cuero pesadas, una pantalla sobre un mueble robusto y de la misma madera de la mesa.

Estos últimos dos días he trabajado mucho y estoy muy cansada. Por lo mismo, esta mañana me arreglé el pelo, me maquillé llamativamente con lápiz labial violeta brillante, usé accesorios dorados que me hacen ver más luminosa y me puse tacos muy altos. Por fuera, me veo radiante.

Como siempre, llegué alegre, haciendo sonar mis tacos para anunciarme, sonriendo ampliamente, saludando a todos uno por uno con voz fuerte y enérgica. Lo hago naturalmente. De verdad, me nace saludar alegremente. Me siento alegre. Me siento agradecida de comenzar este nuevo día. Sin buscarlo, sin fingirlo. Siento la energía positiva que se genera con un abrazo, una sonrisa, una mirada alegre cómplice. Disfruto este momento dentro de mi corazón. Siento que celebro y agradezco el nuevo día, y lo más importante, siento un gran alivio.

Me gusta esta versión de mí. Esta versión resuelta, alegre, segura, fuerte y sin miedo. Me gusta pensar que ésta soy yo. Me gusta pensar que no hay más.

Sin embargo, por dentro estoy rota. Mi corazón está roto y me está rompiendo día a día.

Sigo en reunión. Son las 11 de la mañana. Estoy en perfectas condiciones externas, atenta, opinando, e incluso, haciendo la minuta, pero por dentro ya no puedo más. De pronto, siento cómo una brisa suave comienza a girar en la parte baja de mi estómago. Toma velocidad en cada vuelta hasta transformarse en un viento agitado que comienza a subir rápidamente hasta mi pecho y se queda ahí, presionando, doliendo, dificultando la respiración. Mis manos comienzan a transpirar. Mi corazón duele al comprimirse por este viento. Luego duele al dilatarse, empujando todo lo que había alrededor, violento, enojado, desesperado y asustado. El viento sigue expandiéndose y subiendo hasta llegar a mi garganta donde se transforma en fuego. El fuego perfora mi garganta, como si quisiera salir a quemar todo y a todos. Aún sin abandonar el resto de mi cuerpo, el estómago, el corazón, la garganta, llega hasta mi cara, mis ojos, donde se transforma en agua tibia y salada donde no puede salir. No es el momento ni el lugar. Sólo puedo

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