La torre elevada by Lawrence Wright

autor:Lawrence Wright [Wright, Lawrence]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Comunicación, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2006-01-01T05:00:00+00:00

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Mientras Bin Laden se instalaba en Yalalabad, su jefe militar y amigo, Abu Ubaydah, se encontraba en África oriental supervisando la célula de al-Qaeda que habían creado dos años antes. El ex policía egipcio era un personaje venerado en al-Qaeda. Su valor era legendario. Había combatido junto a Bin Laden durante la guerra contra los soviéticos, desde la batalla de la Guarida del León hasta el cerco de Yalalabad. Algunos decían que si Zawahiri se había apoderado de la mente de Bin Laden, Abu Ubaydah poseía su corazón. Era el emisario en el que más confiaba Bin Laden y a menudo servía como intermediario entre al-Qaeda y al-Yihad. Entrenó a muyahidines en Bosnia, Chechenia, Cachemira y Tayikistán, atrayendo a valiosos reclutas a los campamentos de al-Qaeda. En Kenia había adoptado una nueva identidad y se había casado con una mujer del país, y afirmaba dedicarse al negocio de la minería cuando en realidad preparaba el primer gran atentado de al-Qaeda contra Estados Unidos.

El 21 de mayo, tres días después de que Bin Laden partiera de Sudán con destino a Afganistán, Abu Ubaydah y su cuñado keniata, Ashif Muhammad Yuma, estaban en un camarote de segunda clase a bordo de un transbordador sobrecargado[41] que cruzaba el lago Victoria en dirección a Tanzania. Uno de los tanques de lastre estaba vacío y, a primera hora de la mañana, el transbordador zozobró en aguas bravas. Yuma consiguió salir por la puerta del camarote y llegar hasta el pasillo, pero los otros cinco pasajeros que iban apiñados en el minúsculo compartimiento quedaron atrapados. Tenían la puerta sobre ellos y el agua entraba a chorros por una abertura. Los pasajeros gritaban, las maletas y los colchones les caían encima y se empujaban unos a otros para llegar hasta la puerta, su única escapatoria. Yuma agarró la mano de Abu Ubaydah y consiguió sacar medio cuerpo del camarote, pero de repente la puerta se desprendió de los goznes y el jefe militar de al-Qaeda fue arrastrado de nuevo al interior del camarote, junto a sus condenados compañeros.

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