La ruta de Orellana by Alberto Vázquez Figueroa

La ruta de Orellana by Alberto Vázquez Figueroa

autor:Alberto Vázquez Figueroa [Vázquez Figueroa, Alberto]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Spanish
publicado: 2008-07-12T02:33:02+00:00


Hay que notar, desde luego, que los testimonios que acabo de referir y otros de los que no hablo, y algunos que se mencionan en las informaciones hechas en 1726, y más tarde por dos gobernadores españoles de la provincia de Venezuela, están acordes en conjunto sobre la cuestión de las amazonas, mas es también digno de atención que mientras los diferentes relatos señalan el lugar de la retirada de las amazonas americanas por diversos caminos, unos hacia Oriente, otros hacia el Norte y otros hacia el Occidente, todos coinciden en indicar como sitio común en que la terminaron el centro de las montañas de la Guayana, y en un acotamiento en el que ni los portugueses de Pará ni los franceses de Cayena han penetrado todavía. A pesar de esto me cuesta trabajo creer que las amazonas se hallen establecidas ahí actualmente sin que de ellas se tengan noticias más positivas, transmitidas de unos en otros por los indios vecinos de las colonias europeas de las costas de la Guayana; pero este pueblo errante podría haber cambiado nuevamente de residencia. Lo que me parece más verosímil que todo lo demás es que hayan perdido sus antiguos usos a través del tiempo, bien porque las haya subyugado otro pueblo, ya porque, aburridas de su soledad, las hijas hayan al fin olvidado la adversión de sus madres hacia los hombres. Esto no quiere decir que aun cuando hoy no se encuentren vestigios de esta república de mujeres, eso no es suficiente para poder afirmar que no existió nunca.

Además, basta para la veracidad del hecho que haya habido en América un pueblo de mujeres que no vivieran en sociedad con los hombres. Otras de sus costumbres, y particularmente la de cortarse un pecho, que el padre Acuña les atribuye creyendo a los indios, son circunstancias accesorias e independientes, probablemente alteradas y tal vez añadidas por los europeos, preocupados por los usos atribuidos a las antiguas amazonas de Asia, y que la afición a lo maravilloso les habrá achacado a las indias en sus relatos. En efecto, nadie dice que el cacique que advirtió a Orellana que se guardase de las amazonas, llamado en su lengua Comapuyaras, mencionase el pecho cortado; y el indio de Coarí al relatar la historia de que su abuelo vio a cuatro amazonas de las cuales una lactaba un niño, no hablaba tampoco de esta particularidad digna de notarse".

Por desgracia transcurrieron siglos sin que ningún hombre blanco se adentrara en la zona de La Guayana a que se hace mención como retiro de las amazonas. Tan sólo buscadores de diamantes, caucheros y algún que otro aventurero se ha internado ligeramente en la región, y se puede asegurar que las sierras de Paraima y Pacaraima –que constituyen la frontera entre Venezuela, Brasil y la Guayana Británica– son aún territorio totalmente virgen. Únicamente las expediciones de Koch–Grumberg, y más tarde la de Alen Gheerberant, han conseguido atravesar las sierras, de Norte a Sur, pero reconocen que en sus viajes no lograron explorar ni la centésima parte de aquel inmenso territorio.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.