La mujer de Sullivan by Nora Roberts

autor:Nora Roberts [Roberts, Nora]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 1984-01-01T05:00:00+00:00

Capítulo 6

Durante los dos días siguientes, Cassidy se volcó completamente en el trabajo. Estaba decidida a darse unos días de tranquilidad, a darse tiempo para descansar emocionalmente. Sabía que necesitaba distanciarse de Colin para conseguirlo. La interrupción del contacto diario no era suficiente. Necesitaba sacarlo de su cabeza. Además, se obligó a no considerar la conclusión a la que había llegado tras su encuentro con Gail. No podía pensar en si estaba o no enamorada de Colin, ni en las circunstancias que hacían que aquel fuera un amor imposible. Durante dos días al menos, fingiría que Colin no existía.

Se dedicó a escribir de forma frenética. A expresar con palabras sus temores, el dolor y la pasión. Se quedaba trabajando por la noche hasta tarde, hasta estar segura de que los sueños no la perseguirían. Cuando dormía, lo hacía profundamente, agotada por el ritmo que ella misma se imponía. Y en más de una ocasión, olvidó una comida.

Al segundo día, comenzó a llover. Se había formado una sólida niebla tras la ventana de la cual apenas era consciente. Abajo, los peatones caminaban con paraguas por las calles.

Su concentración era tan completa que, cuando alguien posó una mano en su hombro, gritó asustada.

—Vaya, Cassidy, lo siento —Jeff intentó mostrarse arrepentido, pero sonrió—. He llamado dos veces. Estabas completamente concentrada.

Cassidy se llevó una mano al corazón, como para mantenerlo en su lugar. Tomó aire un par de veces.

—No pasa nada. Todos necesitamos un buen susto de vez en cuando. Ayuda a mantener la sangre en movimiento. ¿Has vuelto a tener problemas con la nevera?

Jeff esbozó una mueca mientras le pasaba el dedo por la nariz.

—¿Ahí es dónde crees que tengo mi corazón? ¿En tu nevera? Cassidy, soy un hombre sensible, mi madre puede decírtelo.

Cassidy sonrió y se reclinó en la silla.

—Esta noche tengo una actuación en el café que está al final de la calle. Ven conmigo.

—Me encantaría, Jeff, pero… —comenzó a excusarse señalando las hojas que tenía encima del escritorio, pero Jeff la cortó.

—Escucha, llevas dos días encadenada a esa máquina. ¿Cuándo vas a salir a tomar aire?

Cassidy se encogió de hombros y señaló el diccionario con el dedo.

—Mañana tengo que volver al estudio y…

—Una razón más para descansar esta noche. Te estás forzando demasiado. Tómate un descanso —Jeff observó atentamente su rostro y decidió presionar a su favor—. No me vendría mal ver una cara conocida entre el público, ¿sabes? Los artistas principiantes somos muy inseguros —sonrió a través de la barba.

Cassidy suspiró y le sonrió.

—De acuerdo, pero no puedo quedarme hasta muy tarde.

—Toco de las ocho a las once —le explicó Jeff, y le revolvió el pelo—. Antes de las doce podrás estar en casa y arropada en la cama.

—De acuerdo. A las ocho estaré allí —Cassidy frunció el ceño y le dio un golpecito a la esfera—. ¿Qué hora es? Se me ha parado el reloj a las dos y cuarto.

—¿Del día o de la madrugada? —preguntó Jeff con ironía. Sacudió la cabeza—. Son más de las siete. ¡Eh! —la miró con atención—.

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