La jungla de los listos by Miguel Ángel Revilla

autor:Miguel Ángel Revilla [Revilla, Miguel Ángel]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Divulgación, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2014-01-02T05:00:00+00:00

EL DISCURSO DE LOS POLÍTICOS

Una de las cosas que con más insistencia me repiten los ciudadanos es que entienden lo que digo. Dicho de otra manera, la inmensa mayoría no entiende ni a los gobernantes ni a la oposición. El idioma español es riquísimo en palabras. Nunca falta una para definir adecuadamente un concepto cuando quien la pronuncia se propone decir la verdad.

Cuando bancos y cajas sacan a la venta un producto, lo llaman «preferentes» y lo venden como un valor seguro y con liquidez. Luego resulta que no es ni lo uno ni lo otro. Las palabras que definen la operación son estafa o robo. Y quienes lo idearon y lo pusieron en marcha son estafadores o ladrones. Porque quienes eligieron para un producto el sugerente nombre de «preferentes», en lugar de llamarlo «producto tóxico o de alto riesgo», son unos sinvergüenzas.

Cuando la economía decrece nos hablan de «crecimiento negativo», a pesar de que todo el mundo sabe que si menguas, no creces.

La ministra Fátima Báñez contestó a una pregunta sobre la emigración de cerebros que se está produciendo en España refiriéndose a la «movilidad exterior». La secretaria general de Inmigración, Marina del Corral, para no ser menos que su jefa, achacó la emigración de nuestros jóvenes al «impulso aventurero de la juventud».

Cuando Mariano Rajoy anunciaba un recorte de veinte mil millones de euros en educación y sanidad, advirtió que no eran recortes, sino «reformas estructurales».

Cuando deciden meter un recargo a las recetas farmacéuticas se inventan el concepto de «copago». Con lo fácil y certero que sería llamarlo «repago», porque se trata de pagar dos veces: una a través de los impuestos y otra en la farmacia. Y aún más: Artur Mas lo llamó «ticket moderador sanitario».

La reforma laboral, que permite despedir más fácilmente y más barato, se anunció como la «ley de flexibilidad del mercado de trabajo».

A la subida escandalosa del IVA, que afectó a todas las clases sociales de España, la calificó Montoro de «gravamen adicional», y doña Soraya Sáenz de Santamaría, de «recargo de solidaridad».

En palabras de Rajoy, el rescate de la Banca por un importe de cien mil millones de euros es una «línea de crédito». Y según Luis de Guindos, un «préstamo ventajoso».

Tampoco podemos olvidar la «desaceleración transitoria» de la que hablaba José Luis Rodríguez Zapatero cuando comenzó la recesión.

Pero para mí no hay caradura mayor que quien llama «céntimo sanitario» al recargo que prácticamente todas las comunidades autónomas han aplicado al litro de combustible. Quieren dar a entender que es para financiar la sanidad. ¡Vaya papo! Lo único real es que estamos ante un recargo autonómico sobre el precio de los combustibles.

En la antología de hablar para que nadie te entienda tiene un lugar de manual doña María Dolores de Cospedal, presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha y secretaria general del Partido Popular, durante la memorable rueda de empresa en la que explicó a toda España el despido de Luis Bárcenas:

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