La imagen va en la primera hoja (ver manual) by casa de soles

autor:casa de soles [soles, casa de]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00

18

Betony se sirvió una taza de café negro como el alquitrán y negó con la cabeza en ademán de aristócrata decepción.

—Tengo entendido que vuestro plan fracasó. La verdad, no me sorprende.

—No sabemos lo suficiente para sacar conclusiones aún —dije. Era por la mañana, el cielo estaba sembrado de nubes, y era más frío que antes. Era como si la llegada del Espíritu hubiera anunciado la estación invernal. Las banderolas de los puentes y los pasajes parecían haberse desdibujado durante la noche, y ahora estaban apagadas y descoloridas.

—¿Está recuperado el robot?

—No, aún no.

—Pero no quedó nada de él en la plataforma de observación. El Espíritu lo destruyó. Después de todo, esa siempre fue una posibilidad. ¿Cómo puedes dudar, si ya ni siquiera existe?

—Eso no lo sabemos. Hay pruebas documentadas de casos en los que el Espíritu ha destruido cosas, o al menos se las ha llevado consigo, y después las ha devuelto.

—No podemos contar con que eso ocurra.

—Aun así, a veces ocurre.

—Por lo general —dijo Campion— el Espíritu solo ha hecho algo así cuando la ofrenda era algo muy complejo. Es como un niño, fascinado por juguetes relucientes. Obviamente, es mucho más inteligente que un niño, y quizás más que cualquier entidad que hayamos conocido, pero parece otorgar mucho valor a la novedad y a la complejidad. Y no hay nada más novedoso o complejo que otra inteligencia mecánica.

Betony lo miró con la barbilla apoyada en las manos.

—Entonces, ¿cuándo esperáis que Hesperus regrese de entre los muertos, con sus facultades mágicamente restauradas?

—No esperamos nada —explicó Campion—. Pero sabíamos que lo que estábamos haciendo no era absurdo, que había posibilidades de éxito. Hesperus debió de pensar lo mismo, o no nos habría enviado esa señal.

—Quizás tarde días o quizás años —dije—, pero creo que volverá. Su esencia ha sido incorporada al Espíritu, pero eso no significa que no pueda ser reconstituido. Lo despedazó como si fuera un puzle, pieza a pieza, pero recordará dónde va cada pedazo. Sabe lo que es, lo que se suponía que era antes de resultar herido, y puede recomponerlo de nuevo.

—Bueno, supongo que no hace daño ser optimista al respecto.

—No es más optimista que pensar que el clan aún tiene un futuro —repliqué—. Puede que suene estúpido e ingenuo, pero al menos yo no actúo en la creencia de que el clan sigue existiendo, de que nada ha cambiado. Míranos, sentados alrededor de esta mesa como si fuéramos una familia feliz.

—Ya veo que aún no has olvidado lo de tu nave, Purslane. Esperaba que fueras capaz de pensar en otra cosa que no fuera tu propio interés y que comprendieras que tenemos mayores responsabilidades.

—No me des lecciones de responsabilidad, Betony.

Campion tocó mi mano y tosió.

—¿Ha pasado algo en nuestra ausencia? Lo último que recuerdo es que Mezereon mató a uno de nuestros prisioneros.

—La cabina lo mató, no yo —dijo Mezereon desde el otro extremo de la mesa. Tenía un pedazo de pan en las manos, y lo estaba despedazando con tanta violencia que temí que estuviera visualizando el cuello de Campion—.

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