Fracasología by María Elvira Roca Barea

Fracasología by María Elvira Roca Barea

autor:María Elvira Roca Barea [Barea, María Elvira Roca]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Espasa
publicado: 2019-10-07T22:00:00+00:00


EL «SER» DE ESPAÑA: AMÉRICO CASTRO Y SÁNCHEZ-ALBORNOZ

Uno de los momentos cumbre del debate en torno a España lo protagonizaron Américo Castro y Sánchez-Albornoz. Particularmente, debo confesar que no he entendido nunca este asunto. ¿Qué es eso del «ser» de España? No parece posible que tal enormidad pueda definirse. Ya es complicado hacerlo con un ser humano, cuanto más con realidades históricas tan complejas. En los últimos tiempos de centrifugado autonómico, esto del «ser» de España ha adquirido un interés cronológico. Como los secesionismos periféricos defienden sus posturas con fueros y otras modernidades medievales, parece que España tiene que atestiguar una antigüedad aún mayor porque, si es más vieja que nadie, tiene más derecho a existir. O algo así. No se ve el motivo. España es nuestro país ahora, y da lo mismo que tenga cincuenta, quinientos o cinco mil años. Si defendemos su unidad política, no es porque sea viejísima, sino porque es nuestra casa común ahora y porque no hacerlo sería una gravísima irresponsabilidad.

La mayor parte del cruce de espadas entre Castro y Sánchez-Albornoz se produjo ya en el exilio. La polémica empieza cuando Castro publica España en su historia en 1948. Acuña aquí conceptos como «vividura» y «morada vital». Lo sustancial del planteamiento de Castro, por decirlo de una manera muy resumida, es que la esencia de España está en la Edad Media (nihil novum sub sole) y en las vivencias inestables de los cristianos con lo que él llama «las otras castas», a saber, moros y judíos. Esto es al parecer el hecho diferencial o, en palabras de don Américo, «la vividura hispánica». Estas tesis fueron revisadas y ampliadas en 1954, con la publicación de La realidad histórica de España. Aquí añade un capítulo que se titula «Los visigodos no eran españoles», que es quizá lo que sublevó a don Claudio, el cual respondió con España, un enigma histórico (Buenos Aires, 1956). Aquí defendía la importancia de los romanos y los visigodos en la configuración política y cultural de España, y que lo español ya existía de manera latente antes de la llegada de estos pueblos. La polémica se extendió por España e Hispanoamérica y generó ríos de tinta. Con el tiempo se fue agriando. Sánchez-Albornoz añadió Españoles ante la historia (Buenos Aires, 1958). Castro respondió con Origen, ser y carácter de los españoles (1959)[405].

Las ideas de Castro sobre la importancia del elemento judío no son nuevas. Vienen de mediados del siglo XIX, y están ya en los libros de José Amador de los Ríos[406]. Son una vuelta de tuerca más en el laberinto semita que hay en España desde que los españoles se transformaron en marrani para los humanistas italianos del siglo XVI.

Aunque no son nuevas, las ideas de Castro sí son cruciales para dar carta de naturaleza al armónico mito de las tres culturas medievales de España. Era un tema de éxito garantizado en el exterior, a medio camino entre el exotismo y las minorías oprimidas. Engendró centenares de publicaciones. Hay departamentos anglosajones enteros que viven de esta temática.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.