El juego favorito by Leonard Cohen

El juego favorito by Leonard Cohen

autor:Leonard Cohen [Cohen, Leonard]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 1963-01-01T05:00:00+00:00


LIBRO III

1

Su segundo nombre era Marshell, por la familia materna, pero la llamaban Shell.

Sus antepasados habían cruzado el océano lo bastante pronto como para que su madre pudiera ingresar en las D. A. R.[13] La familia había producido dos oscuros senadores y una respetable cantidad de excelentes comerciantes. Durante los últimos setenta y cinco años, todos los varones (excepto los francamente estúpidos) habían estudiado en Williams[14]. Shell era la tercera de cuatro hermanos. El mayor era uno de los infortunados que no llegó a Williams. Para acabarlo de arreglar, se fugó con una baptista e hizo a su padre amargamente feliz cuando se peleó con su mujer por la educación de los hijos.

Shell creció en una enorme casa blanca de las afueras de Hartford, donde su bisabuelo materno había fundado un próspero banco. Había una fuente de piedra en el jardín, muchos acres de terreno y un riachuelo que su padre pobló de truchas. Cuando su hermano menor se hubo casado honorablemente y trasladado a Pittsburgh, Shell y su hermana fueron obsequiadas con dos caballos. Se construyó un establo, reproducción en miniatura de la casa. A su padre le gustaba hacer miniaturas de su casa. Repartidos entre la arboleda había un gallinero, una conejera, una casa de muñecas y una casita para pájaros, todas copia de la casa original, que (como gustaban de recordar a sus invitados) era sólo para personas.

Los quehaceres domésticos se realizaban con gran decoro y ritual. El padre y la madre, profundos conocedores de la historia americana y coleccionistas de muebles de la época colonial, tenían a gala no haber deseado nunca visitar Europa.

Todas las primaveras, Shell se encargaba de llenar de flores la fuente de piedra. Se tomaba muy en serio eso de ser una chica. Consideraba a su hermana demasiado grosera, no entendía por qué su madre elevaba el tono de voz y se condolía cuando ésta le llevaba la contraria a su marido. No sólo creía en los cuentos de hadas, sino que hacía experimentos poniendo guisantes debajo de su colchón.

Odiaba su pelo, que era negro, espeso y largo. Cuando se lo lavaba le era imposible dominarlo y la llamaban «zulú». Pero no quería cortárselo, pensando quizás en escalas colgadas de las ventanas de los castillos. No le gustaba su cuerpo. No era un cuerpo de princesa, estaba segura. No crecía en los lugares debidos. Envidiaba los pechos de su hermana pequeña y su pelo lacio de color castaño rojizo. Vapuleaba el suyo con un cepillo y no paraba hasta llegar a los doscientos cepillazos por lo menos. Se espantó cuando uno de los amigos de su hermana intentó besarla.

«¿Por qué?», preguntó.

El chico no lo sabía. Había contado con ser aceptado o rechazado, no con ser examinado.

«Porque eres bonita…»

Lo dijo como si lo dudara. Shell dio media vuelta y echó a correr. De repente, el césped era blanco, los árboles eran blancos. Empezó a tirar las flores que había guardado para la fuente porque eran blancas y sucias como huesos. Era una araña en un campo de ceniza.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.