El Islam by Karen Armstrong

autor:Karen Armstrong [Armstrong, Karen]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Historia, Espiritualidad
editor: ePubLibre
publicado: 2000-01-01T05:00:00+00:00

Apenas podría hallarse mayor contraste con el igualitarismo del islam; sin embargo, en cierto sentido se trataba de una continuación de la militarización de la sociedad que había tenido lugar en los últimos años del califato abasí, cuando los emires habían gobernado desde guarniciones, dejando a los civiles y a los ulemas a merced de sus propios recursos. Siempre había existido la posibilidad de que los militares intervinieran más en los asuntos civiles cuando un emir lograba algo que se pareciera a una cierta estabilidad. En alguna medida, eso fue lo que ocurrió bajo los gobiernos mongoles, que fueron lo bastante poderosos para imponer nuevas restricciones a los ulemas. Ya no se permitiría que la sharia fuera un código potencialmente subversivo. En el siglo XV se acordó que los ulemas ya no podían usar su propio juicio independiente (ichtihad) en la elaboración de leyes innovadoras: se dijo que «las puertas de la ichtihad» se habían cerrado. Los musulmanes se vieron obligados a adaptarse a las normas de las autoridades del pasado. La sharia se había convertido en un sistema de normas establecidas que no pudieran poner en peligro el derecho dinástico, más dinámico, de la casa gobernante.

La irrupción de los mongoles en la vida musulmana había sido traumática: habían dejado a su paso un rastro de ciudades y bibliotecas arruinadas, además de la recesión económica. Pero una vez hubieron logrado la victoria, los mongoles reconstruyeron a una grandiosa escala las ciudades que habían devastado. Asimismo establecieron brillantes cortes, que fomentaron la ciencia, el arte, la historia y la mística. Por horroroso que hubiera sido el azote mongol, los soberanos mongoles se sentían fascinados por sus súbditos musulmanes. Sus estructuras políticas seguían siendo duraderas y, como veremos, influirían en los imperios musulmanes posteriores. El poder de los mongoles había sugerido nuevos horizontes. Parecía que habían estado a punto de conquistar el mundo, y habían constituido el anuncio de un nuevo tipo de imperialismo, que unía la posibilidad de un dominio universal a la destrucción masiva. El esplendor de sus estados era deslumbrante, al mismo tiempo que socavaba las ideas preconcebidas de los musulmanes. Pero estos no se limitaron a quedarse estupefactos ante los horrores por los que habían pasado ni ante la derrota política que representaban aquellos estados mongoles. El islam es una fe muy resistente. Con frecuencia, a lo largo de su historia los musulmanes han respondido positivamente ante el desastre, y lo han utilizado constructivamente para obtener nuevas ideas religiosas. Y lo mismo hicieron después de las invasiones mongolas, cuando la gente percibió con claridad que el mundo que había conocido tocaba a su fin, pero también que era posible un orden mundial completamente nuevo.

Esto resultaba claramente manifiesto en la visión del místico sufí Yalal al-Din Rumi (1207-1273); a pesar de ser él mismo víctima de los mongoles, sus enseñanzas expresaban el sentimiento de posibilidad ilimitada que estos trajeron consigo. Rumi había nacido en Jurasán; su padre era ulema y maestro sufí, y él mismo era experto en fiq, teología y literatura árabe y persa.

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