El fantasma del rey Leopoldo by Adam Hochschild

El fantasma del rey Leopoldo by Adam Hochschild

autor:Adam Hochschild [Hochschild, Adam]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Historia, Memorias
editor: ePubLibre
publicado: 1998-09-01T04:00:00+00:00


Desde mediados de la década de 1890 Leopoldo hubo de contar, debido a los misioneros, con protestas aisladas, como los artículos de Sheppard, que hablaban de manos amputadas y africanos masacrados. Pero, al principio, los críticos no captaron mucha atención, pues no eran tan expertos en relaciones públicas como el rey, que desplegó su formidable encanto para neutralizarlos.

Para empezar, alentó a dignatarios de sociedades misioneras a hablar con él directamente e instó personalmente a un clérigo francés a que lo hiciera «en vez de recurrir a la prensa, que siempre es desagradable (toujours désagréable[20])». Luego, recurrió astutamente a promesas y amenazas. Al cultivar las relaciones con los dirigentes de las sociedades misioneras, se aseguró de recordar a estas la facultad del Estado del Congo para aplicar impuestos o denegar permisos para la construcción de nuevas misiones. La misión de los presbiterianos del Sur, en la que trabajaba Sheppard, tuvo un sinfín de problemas para conseguir nuevas tierras donde ampliar sus instalaciones.

Un misionero baptista sueco, E. V. Sjöblom, fue, quizá, el crítico más contundente de finales de la década de 1890. Sjöblom habló con todos cuantos quisieron oírle y en 1896 publicó en la prensa sueca un minucioso ataque contra el terror del caucho en el Congo, ataque que fue recogido por periódicos de otros países. En una reunión pública celebrada en Londres al año siguiente, Sjöblom explicó cómo se recompensaba a los soldados de la Force Publique por el número de manos recogidas. «[Un] agente me explicó que había visto con sus propios ojos a un oficial del Estado de uno de los puestos de avanzada pagar a los soldados cierta cantidad de varillas de cobre (la moneda local) por un número de manos que le habían llevado. Uno de los soldados me dijo […]: “El comisario nos ha prometido que, si conseguimos muchas manos, nos reducirá el servicio. Yo le he llevado ya una gran cantidad y espero acabar pronto mi tiempo de servicio[21]”». Los funcionarios del Estado amenazaron a Sjöblom en el propio Congo y contraatacaron rápidamente en la prensa belga e inglesa.

Otro adversario bien informado de Leopoldo fue H. R. Fox Bourne, secretario de la Sociedad para la Protección de los Aborígenes, grupo que había aprendido mucho desde que eligió a Leopoldo presidente honorario diez años antes. Al parecer, el propio rey hizo una visita[22] a las oficinas del Times de Londres para intentar convencer al periódico de que no editara los artículos de Fox Bourne.

En público, sin embargo, Leopoldo optó por la vía más segura y declaró sentirse profundamente horrorizado por los informes sobre las fechorías perpetradas en sus dominios. Como la mayoría de las acusaciones se referían a atrocidades cometidas contra africanos, consiguió sobrevivir a ellas con pocos daños. Pero en 1895 se enfrentó en Europa a su primer problema serio cuando un oficial del Estado del Congo especialmente brutal «tuvo la osadía de matar a un inglés[23]», según expresión de un escandalizado periodista británico.

La víctima era en realidad irlandesa: Charles Stokes, un comerciante pintoresco



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.