El camino del Zen by Alan W. Watts

El camino del Zen by Alan W. Watts

autor:Alan W. Watts [Watts, Alan W.]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Ensayo, Espiritualidad, Filosofía, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 1956-12-31T16:00:00+00:00


Sin duda las respuestas dadas fueron las réplicas originales a las preguntas, pero luego el problema comprende tanto la pregunta como la respuesta, pues el estudiante debe percibir la relación que existe entre ambas y que, como es fácil ver, no es nada evidente. Por el momento bastará decir que cada koan tiene un «punto» que es algún aspecto de la experiencia zen, que este punto a menudo queda oculto por el hecho de ponerlo mucho más de relieve de lo que uno esperaría, y que los koans se interesan no sólo por el primer despertar al Vacío sino también por su posterior expresión en la vida y en el pensamiento.

El sistema koan fue desarrollado en la Escuela zen Lin-chi (Rinzai), pero encontró oposición. La Escuela soto consideró que era demasiado artificial. Mientras los defensores del método koan utilizaban esta técnica como un medio para alentar la abrumadora «sensación de duda» (i ching ff) que consideraban esencial como condición del satori, la Escuela soto sostenía que se prestaba demasiado fácilmente a esa búsqueda del satori que lo aleja o —lo que es peor— que produce un satori artificial. Los partidarios de la Escuela rinzai a veces dicen que la intensidad del satori es proporcional a la intensidad de la sensación de duda o ciega búsqueda que lo precede, pero para los soto este hecho significa que satori tiene carácter dualista, y que por tanto no es más que una artificial reacción emotiva. Por ello la concepción soto afirmaba que el dhyana adecuado consistía en la acción sin motivos (wu-wei), en «quedarse sentado nada más que para estar sentado», o en «caminar nada más que por caminar». Por tanto estas escuelas recibieron, respectivamente, los nombres de k’an-hua Zen (Zen observador de la anécdota) y mo-chao Zen (Zen iluminado en silencio).

El monje T’ien-t’ai, en japonés llamado Eisai (1141-1215), que estableció monasterios en Kioto y Kamakura bajo patronato imperial, introdujo en Japón en 1190 la Escuela rinzai del Zen. La Escuela soto fue introducida en 1227 por el extraordinario genio de Dogen (1200-1253), que estableció el gran monasterio de Eiheiji, rehusando, sin embargo, aceptar favores imperiales. Hay que observar que el Zen llegó al Japón poco después de iniciarse la era Kamakura, cuando el dictador militar Yoritomo y sus samurai arrebataron el poder que estaba en manos de la nobleza decadente. Esta coincidencia histórica proporcionó a la clase militar de los samurai un tipo de Budismo que les resultaba muy atractivo por sus cualidades prácticas y terrenales, y también por su modalidad sencilla y directa. Así surgió la peculiar forma de vida llamada bushido, el Tao del guerrero, que consiste esencialmente en la aplicación del Zen a las artes de la guerra. La asociación de la doctrina pacifista del Buddha con las artes militares siempre ha sido un enigma para los budistas de las demás escuelas. Parece implicar un completo divorcio entre el despertar y la moralidad. Pero hay que hacer comprender que, en su esencia, la experiencia budista consiste en liberarse de toda clase de convenciones, inclusive de las convenciones morales.



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