El amor el mar by Pascal Quignard

El amor el mar by Pascal Quignard

autor:Pascal Quignard [Quignard, Pascal]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2022-01-01T00:00:00+00:00


2. EL LABERINTO

En el castillo de Montbéliard, mientras esperaban a que les dejasen entrar en el gran salón donde se estaban poniendo las mesas para los príncipes, los cantantes, las cantantes, los músicos, retenidos por un momento en la nueva galería de pintura que el duque había instalado imitando a los italianos, se ajustaban las pelucas en el reflejo de los cristales.

Algunos, pegando la nariz al vidrio, intentaban adivinar, más allá de la turbiedad del vidrio que les separaba de ellas, las siluetas de las ardillitas que corrían por las ramas, delante de ellos.

También había mirlos en las ramas, que les miraban, y que cantaban, o que fingían cantar.

Un pajarero, con su jubón verde, va de rama en rama. Sostiene una pequeña trampa, pringosa de visco.

Pero, separados de ellos por el cristal de la ventana, los violinistas, los violistas, los laudistas, sosteniendo en las manos sus instrumentos de música, no oían el canto de los pájaros.

Ya hace tiempo que los músicos no escuchan a los pájaros.

Algunos, tras dejar los estuches en el suelo, bebían vino del Jura.

Otros expulsaban o exhalaban alrededor de los labios, de los rostros, el humo de sus pipas. Las espirales de humo se alejaban de las mejillas, se apartaban de las pelucas, volaban hacia la enramada de los árboles, enturbiaban sus propios reflejos. Era un laberinto, y una espera en el interior de un laberinto.

Antaño el juego de la oca era un laberinto. Antaño el juego de la oca se llamaba el juego del oído[10]. El alma sigue al caracol de la oreja, y al cabo de un cierto tiempo se extravía en sus decisiones. De tanto prestar atención a los consejos que sigue, atónita, desde la infancia, se pierde. Obedecer, en latín, es saber escuchar. En el juego, tan singular, del oído, se trata de un calvario cuyas estaciones son imprevisibles, sean benéficas, sean peligrosas, sean encarceladas, sean viciosas. Se dice que la espiral del juego de la oca reproduce el antiguo dédalo del rey Minos de Creta. Este dato, a decir verdad, solo tiene utilidad si uno se encuentra cara a cara con un toro que se le viene encima. La casilla 31 es la escena del pozo. Es la primera de nuestra historia. Uno lanza los dados, avanza, retrocede, se queda parado. Puente, hostal, prisión, muerte. El puente es el nacimiento. El hostal es la infancia. La prisión es el amor. La muerte es el fin. La partida ha terminado cuando el jugador se encuentra en el jardín del Edén, porque tal es el destino de todos nosotros.

El placer también es un laberinto. El sexo de la mujer es la puerta de un laberinto. La mujer que se abraza a un hombre al que desea le registra la ropa. Busca con los dedos el hueso duro de su sexo. El hombre que ha cerrado los brazos en torno a ella le levanta la ropa. Le acaricia la parte interior de las piernas. Su mano desnuda bajo la ropa de ella desata sostenes, afloja lazos, tirantes.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.