Captando genomas by Lynn Margulis & Dorion Sagan

Captando genomas by Lynn Margulis & Dorion Sagan

autor:Lynn Margulis & Dorion Sagan [Margulis, Lynn & Sagan, Dorion]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Ciencias naturales
editor: ePubLibre
publicado: 2001-12-31T16:00:00+00:00


Figura 7.2 Pterotermes occidentis (parecida a Heterotermes tenuis).

Figura 7.3 Pterotermes occidentis, simbiontes intestinales de una termita comedora de madera.

Los pueblos comedores de hongos y las termitas tropicales se muestran aparentemente en total acuerdo sobre qué hongos son deliciosos y valen la pena de cultivar.

Milenios, en realidad millones de años de práctica y selección evolutiva, han desembocado en enormes colonias de termitas que viven en montículos denominados termiteros. Las ciudades de la Macrotermes natalensis, una constructora de rascacielos de Sudáfrica, albergan típicamente de entre uno a dos millones de individuos en cada una de sus grandes estructuras cónicas dotadas de aire acondicionado, que se elevan a más de tres metros por encima del nivel del suelo. El propio nido, construido sobre un espacioso sótano, está apuntalado con columnas. De aproximadamente dos metros de ancho, está construido de tal modo que unas dos terceras partes quedan por debajo del nivel del suelo. El «nido» o recinto donde residen las termitas y sus prósperos huertos de hongos, se encuentra próximo al nivel del suelo y ocupa menos de un tercio del volumen total del termitero. El nido está conectado con el exterior mediante túneles radiales, conductos verticales y por último, por una chimenea central cerrada por su extremo superior. A través de la ciudad de la Macrotermes fluyen unos nueve litros y medio de oxígeno cada hora, de los cuales tan sólo uno y medio son atribuibles a las termitas. Los ocho litros por hora restantes corresponden a la respiración de los hongos en los huertos interiores. El termitero como un todo genera cincuenta y cinco vatios de calor, de los cuales aproximadamente cuarenta y siete son atribuibles al metabolismo de los hongos y tan sólo ocho a las transformaciones químicas en los cuerpos de las propias termitas.

Las termitas suprimen la sexualidad de los hongos, al mismo tiempo que estimulan la producción de «brotes» jóvenes comestibles. Mientras estas macrotermitas se ocupan de podar y cuidar sus huertos de hongos, la formación de setas queda completamente inhibida. Las setas son manifestaciones externas de la vida sexual secreta de los hongos. Tan sólo cuando las termitas agricultoras mueren llegan a brotar setas de los termiteros. Las consecuencias del abandono de sus responsabilidades agrícolas por parte de las termitas son profundas para los humanos. En los termiteros abandonados aparecen exquisiteces tales como la Termitomyces titanicus, una seta de más de un metro de diámetro. Schaechter incluye a las setas termiteras recolectadas en las «ciudades fantasma» de las termitas «entre las más preciadas de los mercados de Nigeria, Zambia y países tropicales de Asia del Sur». De hecho, es tan sólo debido a que las termitas abandonen eventualmente el cuidado de sus huertos como hemos llegado a saber que el hongo Termitomyces, del que aparentemente cabe distinguir numerosas clases, pertenece a los basidiomicetes u hongos productores de setas. Los brotes hinchados y asexuados, el crecimiento en forma de estafilos, está inducido por la actividad colonial frenética de las termitas. Esta forma túrgida, de extremo hinchado, es única y distinta de los patrones corrientes del crecimiento fúngico.



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