Bajotierra by Robert Macfarlane

Bajotierra by Robert Macfarlane

autor:Robert Macfarlane [Macfarlane, Robert]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias naturales
editor: ePubLibre
publicado: 2019-01-01T00:00:00+00:00


TERCERA SALA

En el laberinto del viejo fresno del tronco hendido elegimos la última travesía y la hacemos. Baja rápidamente, vira, se retuerce y se endereza. Llegamos a una playa de grava a la orilla de un lago profundo de agua negra. El techo baja a encontrarse con el agua. La única forma de seguir adelante es meterse en el lago y continuar por el pasadizo inundado.

¡Al agua, patos! Esta agua es negra como la piedra y fría como la nieve; el frío empapa los huesos con la rapidez del tinte, no se ve nada, no hay luz, hay que buscar los resaltes del techo, impulsarse con las piernas, el aire de los pulmones arde, se pone rojo, la presión de la cabeza va en aumento… y, por fin, arriba, aire limpio al otro lado, jadeos en la oscuridad en el lado opuesto del agua. ¿La muerte será así? ¿O el nacimiento?

Entramos en otra sala. Estalactitas del techo al suelo. Se enciende una luz, se levanta, se mueve. Las paredes de la cámara están vivas, llenas de imágenes y relatos: escenas del subsuelo en la cara de las piedras. Son escenas de caza y de la vida después de la muerte, de épocas distintas, pero se repiten unas a otras.

En Tesalia, en el siglo IV a. C. se prepara el cadáver de una mujer para el entierro. Entre los labios cerrados lleva una moneda con la cabeza de una Gorgona para pagar al barquero que la llevará por un río de agua negra hacia el reino de los muertos. Sobre el pecho, dos hojas de pan de oro con forma de corazón, con unas palabras grabadas en el metal. Entre las dos hojas forman un Totenpass, «pasaporte o mapa para los muertos». Ella debe leer el texto grabado en el más allá; son indicaciones para dominar a los muertos y ponerse en manos de Perséfone. La previene sobre errores cometidos por otros que no lograron completar el viaje por el inframundo y quedaron condenados a vagar eternamente por el reino de los mortales en forma de espectros. «En la entrada del Hades hallarás un manantial a la derecha, a su lado se alza un ciprés fantasmagórico, allí se lavan de la vida las almas de los muertos. No te acerques siquiera a este manantial.»[135]

En la década de 1860 un hombre camina por el campo en Pensilvania. Lleva una moneda de plata en el bolsillo y una varita de zahorí en la mano. Anda, se detiene, espera, parece que escucha. Se agacha para acercar más el oído al suelo. Escucha otra vez. Mira la varita, espera a ver si se mueve. Nada. La varita no hace nada. Sigue andando. Este hombre es un médium, un espiritista de la geología, un especulador del petróleo. El petróleo es un bien de Dios, ilimitado por su abundancia, que el Señor ha almacenado para provecho de la humanidad. Solo hace falta saber dónde buscarlo. Porque el petróleo emite un «centelleo»,[136] unos destellos atmosféricos en el exterior que muy pocas personas sensibles son capaces de percibir.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.