Asesino de brujas 3. Dioses y Monstruos by Shelby Mahurin

Asesino de brujas 3. Dioses y Monstruos by Shelby Mahurin

autor:Shelby Mahurin [Mahurin, Shelby]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico, Juvenil
editor: ePubLibre
publicado: 2021-09-30T16:00:00+00:00


Capítulo 31

El tono de azul más bonito

Lou

Apenas una hora más tarde, en cubierta, Angélica se llevó a Coco a un lado mientras Aurélien, Olympienne y Sabatay revoloteaban en torno a Célie, en una despedida lacrimógena. Literalmente. Auténticas lágrimas resbalaban por las mejillas lavanda de Olympienne. Con una risa burlona, Beau ajustó bien su mochila y empezó a bajar por la pasarela. A medio camino del suelo marino, se giró para hacerme un gesto con la barbilla.

—Venga.

Eché mi propia mochila sobre mi hombro. Después de la cena, Isla no había perdido ni un momento en expulsarnos de su reino. Puede que fuese la criatura más engreída del mundo, pero al menos sí nos había proporcionado víveres y material para el camino que teníamos por delante. Eso incluía ropa limpia, sensata esta vez, y también caliente. También me había amarrado una vaina nueva al muslo, solo por si acaso.

Reid iba flotando detrás de nosotros, aún comatoso, mientras Elvire y Leopoldine nos acompañaban fuera de la ciudad. A cada paso, la inquietud que había estado evitando se fue haciendo imposible de ignorar. Me ponía de los nervios y palpitaba de un modo doloroso en mi sien derecha.

A pesar de mis súplicas, Isla no lo había despertado. Había insistido en que ella no podía intervenir. Yo había insistido en que no podíamos robar Château le Blanc arrastrando a un hombre inconsciente de metro noventa de altura y noventa kilos.

La verdad era que esperaba que ya se hubiese despertado. Llevaba horas inconsciente.

No te preocupes, Louise. Sus lesiones no son fatales. Se despertará, de eso estoy segura.

Mi cabeza siguió palpitando.

Los otros caminaron hacia las puertas en silencio, ajenos al parecer a nuestro importante problema. Excepto Beau, que lanzó más de una mirada ansiosa hacia mí.

Supuse que esperaba que me transformara en la Doncella en cualquier momento. Yo también lo esperaba en parte. Incluso ahora, no estaba segura de cómo lo había hecho, pero tuve cuidado de no pensar demasiado tiempo ni con demasiado ahínco en ese escalofrío en mi piel, esa embriagadora sensación de abandono salvaje. Por curioso que pudiera parecer, me recordaba a… tejados. Si cerraba los ojos, casi podía sentir el viento enredando mi pelo, mis brazos abiertos a los lados, mientras me impulsaba hacia arriba, hacia delante, desde las tejas al aire vacío. Durante esos maravillosos segundos, la euforia se instalaba en mi estómago. Esos maravillosos segundos en los que podría haber volado.

Cuando mis manos empezaron a ondular, mis ojos se abrieron de golpe.

Beau me miraba.

—¿Qué pasa? —pregunté, mi tono fue cortante—. Escúpelo.

—¿Estás bien? ¿Tienes algún problema? ¿Con… —señaló mis manos con su barbilla—… eso?

Lo miré con suspicacia.

—¿Lo tienes tú?

Echó la cabeza atrás y lo pensó un poco, antes de que una sonrisa feroz se desplegara por su cara.

—Creo que es la jodida cosa más impresionante que he visto en la vida. Eres una… Lou, ahora eres una diosa.

—Diosa Divina. —Imité su sonrisa con una propia, a pesar de que las palabras de Isla resonaban con fuerza y verdaderas en mis oídos: Mi hermana eligió mal—.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.