Arriva Italia by Marcos Pereda

autor:Marcos Pereda [Pereda, Marcos]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2015-05-12T16:00:00+00:00

Pedaleando para evitar una guerra

Responsabilidad significa pagar el precio y la renuncia que toda acción exige.

Claudio Magris.

¿Sabes quién soy, Gino?

Llamada para Monsieur Bartali. La voz cansada que habla desde el otro lado de la línea telefónica es familiar para Bartali, pero también para millones de italianos en aquel año 1948.

Por supuesto que sé quien eres, eres Alcide… ehhh, por favor, discúlpeme señor Primer Ministro… estoy acostumbrado a expresarme en confianza con usted.

El otro responde, rápido. Quizá demasiado rápido.

Y me gustaría que siguiéramos así, Gino. Dime, Gino, ¿cómo te están marchando las cosas por allí?

Bueno, mañana tendremos los Alpes. Son montañas largas y duras.

¿Crees que podrías ganar el Tour?.

Bartali reflexiona, perplejo. Está hablando por teléfono con el Primer Ministro de Italia, Alcide de Gasperi, que lo llama desde Roma para preguntarle si podrá vencer en el Tour de Francia. Es, cuanto menos, extraño. ¿Qué le responde uno a una persona así en un momento como este?

Bueno, aun queda una semana. Creo que ganaré la etapa mañana, eso sí, estoy seguro a un noventa por ciento.

Confiado pero no demasiado, con un punto de orgullo patriótico pero sin caer en una fanfarronería que podría costarle cara si, como todo parece apuntar, al final no consigue vestirse de amarillo en París. Sí, cree que la respuesta ha estado bien…

Claro, queda una semana, Gino, estás en lo cierto. Pero inténtalo con todas tus fuerzas, invierte tus energías en ello, lucha más que nunca antes en la vida. Sabes que sería muy importante para nosotros aquí.

Bartali adivina una pizca de ansiedad en las palabras de su amigo Alcide de Gasperi. Una de esas que encierran secretos que los políticos no cuentan a los ciudadanos, secretos que es mejor no conocer. Pero Bartali es curioso, tiene una edad, ha vivido, ha vivido cosas. Está, por así decirlo, un poco de vuelta de todo. Y pregunta.

¿Por qué?

Una duda al otro lado de la línea. La cuestión viaja cientos de kilómetros al sur, allí donde, aunque Gino no lo sepa, resuenan disparos en las calles y las masas corren en una mezcla de violencia y miedo.

Bueno, verás… hay mucha confusión aquí. Una victoria tuya seguramente ayudaría a calmar los ánimos.

Gino cierra los ojos. Por su mente cruzan recuerdos de la guerra, de los viajes a Asís, de cuando pedaleaba para salvar vidas. Pasa los dedos de su mano derecha por los párpados, cansado. Quizá se pregunta por qué yo, por qué otra vez yo. Pero no responderá eso, él no es así. Piensa en su hermano fallecido, en su mujer, en sus hijos. Piensa. La moral, dijo Kant, no es aquello que nos hace felices, sino lo que nos hace dignos de ser felices. Kant, menudo cabrón. Y responde lo mismo que siempre ha respondido en estas situaciones…

No te preocupes, Alcide. Mañana daré todo lo que tenga dentro. Intentaré ayudaros.

Y se despide amablemente de su amigo, del Primer Ministro Italiano. Y cuando el teléfono queda mudo Gino mira por la ventana, a la inmensidad azul del Mediterráneo, y reflexiona. Mañana anuncian lluvia.

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