A pulso by Paulo Alonso & Antón Bruquetas

A pulso by Paulo Alonso & Antón Bruquetas

autor:Paulo Alonso & Antón Bruquetas [Alonso, Paulo & Bruquetas, Antón]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Memorias
editor: ePubLibre
publicado: 2014-12-31T16:00:00+00:00


La mirada perdida

Las primeras gotas comienzan a teñir de oscuro el asfalto. El cielo encapotado desde el amanecer amenaza ahora con volver loca la carrera. El agua alimenta lo aleatorio, ensancha el espacio para el error. Los favoritos la detestan. Nunca es grato terminar por los suelos o tener que arriesgar al máximo porque un segunda fila apueste por jugársela a tumba abierta. Nervios. Demasiada tensión. Sobre todo en el grupo de los mejores. Apenas quince unidades con medio minuto de ventaja. Atrás Mola, Murray, Riederer… Los grandes que no han logrado el corte en el lago Serpentine. Desde la cabeza de la prueba, los Brownlee giran una y otra vez la mirada hacia sus compañeros de escapada. Tratan de identificar a los que no colaboran, a los que ahorran fuerzas dando pedaladas resguardados a rueda. Incluso se descuelgan hasta la cola de esa avanzadilla para reprender a los que minimizan el gasto de energía. Javier pasa puntual, empujado por el respeto a un código, impulsado por el honor y porque, si no lo hiciese, probablemente lo coserían a demarrajes. «Creo que es una obligación. Cuando vas en un grupo hay que colaborar, aunque en ese momento me daba lo mismo que nos cogiesen o no».

«Siempre le aconsejo que se reserve, que se proteja más, porque los Brownlee corren en equipo y no están los dos solos, en muchas ocasiones reciben el apoyo de otros triatletas con los que entrenan», explica Carlos David Prieto. De hecho, en Estocolmo, hacía pocas semanas, habían ensayado lo que podría ser una estrategia para Londres. Le habían lanzado a Javier varios ataques antes de la última transición. Solitario en la réplica, no fue capaz de responder al último empujón del mayor de los británicos. Alistair se colocó las zapatillas de correr con más de 20 segundos frente a los perseguidores. Javier, que aquel día voló sobre la última parte del trazado de la capital sueca, destrozó a Jonathan y recortó la diferencia con Alistair, al que, sin embargo, no pudo atrapar.

Los reproches de los hermanos comienzan a surtir efecto. El grupo acelera la marcheta y, con el transcurso de las vueltas, se amplía la ventaja respecto al pelotón principal. Ya son casi 40 segundos. No habrá reagrupamiento. Las nubes también deciden apartarse de la primera línea de la escena. Por unos instantes, remiten las ligeras precipitaciones. La gloria estará donde se presumía que iba a estar. Tres grandes nombres para un título mundial.

La presión sobre Alistair se agiganta. Domina las series a su antojo y en un trazado similar, un año antes, aupado por el aliento de su público, se había colgado el oro en los Juegos Olímpicos. Depende de sí mismo. Necesita menos puntos que nadie para ser campeón. La sombra de una lesión en el tobillo, que aireó en la prensa a pocos días de la gran final, parece lo único que le puede apartar del éxito. «Las temporadas son largas y hay momentos en los que no estás al cien por cien.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.